Es la primera vez que estoy en esta ciudad. La vez que escapamos, evitamos esta ciudad justo por ser la más cercana a la zona de cacería que escogió el insípido.
Hace dos meses y unos cuantos días más que volvimos a la vieja prisión, ese día tampoco pasamos por esta ciudad sino también por la de la otra vez.
— Es muy grande— digo fascinada comiéndome la ciudad con los ojos— y bonita.
— No tanto— responde Louis con una sonrisa—, hay bastante desorden.
— ¿Tú viviste aquí?— jamás se lo había preguntado.
— Claro que sí ¿no notaste lo rápido que llegamos?— me responde y bajamos de los caballos— es por allá— me guía, qué bien se le da guiar.
— Tantas personas— digo volviendo el rostro a uno y otro lado—, en nuestra ciudad pasando el mar no es igual.
— Extraño ese lugar— confiesa Louis, no me lo dijo hasta ahora—, nuestros amigos, nuestra casa, tú esperando a la puerta y nuestros hijos jugando afuera.
— Yo también— digo con un nudo de tristeza estancado en mi garganta.
— Cuando Matthew crezca y nuestros niños sean independientes, iremos allí— Louis se detiene y me limpia la lágrima de los ojos.
— Antes— respondo—, quiero ir antes, tengo tanto que contarle a Amelia— suspiro y él me besa en la frente.
— Este es un día de felicidad— me dice, ignoramos a la gente de nuestro rededor—, juntaremos dinero, nuestro propio dinero y todo empieza hoy— me acaricia el rostro y yo le sonrío agradecida por haberme levantado el ánimo.
ESTÁS LEYENDO
Dueña de mi Libertad
Historyczne"Tú no eres esclava de nadie y nadie decide por ti" esas fueron las últimas palabras que me dijo papá antes de morir. A pesar del tiempo no puedo comprender su mensaje y estoy dispuesta a aceptar las pesadas reglas que me impone la sociedad en que n...