NO PUEDO FINGIR CONTIGO

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Abro la puerta de golpe y la cierro tras mío. Lo miro en la cama tiritando de frío por el hielo que lo rodea, y toda mi fuerza se derrumba.

Me acerco a la cama, solo tengo unos minutos antes que el doctor vuelva a entrar y me bote. Le toco la frente ardiente y no se da cuenta que estoy allí.

— Louis— lo llamo inútilmente—, mi Louis— tomo su mano, la acerco a mis labios y comienzo a llorar. A quien engaño, yo no soy fuerte, nunca lo he sido.

Mi amado Louis, te necesito a mi lado, el fuerte eres tú y no yo, es inútil que finja que puedo afrontarlo.

Dueña de mi LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora