Un pequeño dolor de cabeza y yo levanto la mirada.
Desde que mi Matthew se me enfermó estoy alerta a la salud de todos mis bebés. Tal vez adquirí una repulsión a cualquier enfermedad tal como la tenía mamá conmigo, pero una vez fue suficiente para mí y no quiero que mis niños vuelvan a pasar por la terrible experiencia de una grave enfermedad.
Miranda me ayuda a velar por mis niños, a ella se le murió uno por la horrible fiebre; nueva repulsión por tan mortal síntoma.
Cada vez que Miranda o yo vemos que alguno de los niños dan muestra de no estar bien los mandamos a la cama, les hacemos servir una buena infusión y un buen plato de comida, como resultado nadie ha caído en manos del doctor.
Una vez me enfermé yo y tuve que mantener alejados a mis bebés de mí, solo Miranda, Louis y mamá me venían a atender, pero no fue grave; me recuperé pronto y volví con mis niños que me esperaban con brazos abiertos.
Mis niños no volverán a enfermar, al menos no de algo grave, estoy atenta, estoy vigilante.
Una vez más miro en el lado equivocado.
Un pequeño dolor de cabeza, minúsculo, y yo bajo la mirada; no es grave, él nunca se enferma.
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Dueña de mi Libertad
Historical Fiction"Tú no eres esclava de nadie y nadie decide por ti" esas fueron las últimas palabras que me dijo papá antes de morir. A pesar del tiempo no puedo comprender su mensaje y estoy dispuesta a aceptar las pesadas reglas que me impone la sociedad en que n...