LA PROPUESTA DE LOUIS

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— ¿Cuánto tiempo ha pasado desde el día que hicimos un viaje solo nosotros?— me pregunta Louis una tarde. Estamos apoyados en un árbol y vemos a nuestro George caminando con ayuda de Joy y Clarice bajo la mirada atenta de Miranda, más allá Lewis toma lecciones de economía con su tutor, adentro de casa Matthew y Erick están trabajando con el señor Philip.

— ¿Solo nosotros?— me pongo a pensar en cuándo— cuando cumplimos doce años de casados— respondo con seguridad.

— Pues ya nos toca ¿no crees?— apoya su cabeza a la mía y toma mi mano.

— Solo por un día— condiciono la propuesta—, no podríamos más tiempo siendo Clarice y George todavía pequeños.

— Pueden acompañarnos— me siento un poco más derecha.

— ¿Qué es lo que piensas?— le digo en actitud vigilante— ¿adónde quieres ir?— bajo un poco la guardia— ¿has encontrado a tu otro hermano?

— No hay rastro de mi otro hermano— me responde. Hace algún tiempo, por medio de mamá, hicimos buscar al hermano de Louis que faltaba ser hallado; desde que vinimos a esta casa, Louis ha mantenido correspondencia con su hermano hallado, antes habría salido caro, pero ya no lo es, al menos no si lo pagamos nosotros. El hermano de Louis vive al otro lado de aquel territorio donde antes vivíamos nosotros, sin la ayuda indirecta de mamá nos habría sido casi imposible que lo hallásemos, pero ahí está él.

Quiero decirle a Louis que vayamos a visitarlo, pero al principio de haber venido aquí nos era muy incómodo tener que gastar dinero que no creíamos merecer; después vino nuestro Banco y mantenerlo a flote ocupó mucho tiempo nuestro y más el de Louis; cuando podíamos decir que era estable y se mantenía por sí solo, había pasado algunos años más, pero luego Louis cayó enfermo, después vino nuestro bebé y aquí estamos ahora.

— Entonces...— espero lo que tenga que decir.

— Solo digo que debemos viajar más— estoy de acuerdo, pero...—, siempre que pensemos en los más pequeños— me aclara y yo asiento—. Estaba pensando que a partir de este año, como todo va mejor que antes, aprovechemos y salgamos un poco— no lo interrumpo—, por ejemplo a la casa de tu padre que no conocemos, o que yo no conozco— ese era mi deseo desde hace mucho— y también podemos ir a ver a mi hermano y su familia— asiento emocionada— y a otros lugares.

— ¿A cuál primero?— pregunto por la casa de papá o por la visita a su hermano que tampoco sabe nada de su otro hermano mayor. Louis me toma por sorpresa con su respuesta:

— A la joven ciudad, a ver a tu amiga Amelia, tus viejas alumnas y tu único alumno.

Dueña de mi LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora