Dueña de mi Libertad

¡TE HE EXTRAÑADO TANTO!

— Es mi culpa— decimos juntos y él se ríe y me abraza más.

— Te he dejado sola tanto tiempo— me alza el rostro y lo mira con detenimiento—, qué clase de esposo hace eso— me acomoda algún pelo que salió de su lugar—, cómo pude hacerle eso a mi chica rica— me apoyo en su pecho, no quiero que me vea llorando—. No sabes cuánto te he extrañado— me levanta el rostro nuevamente y me besa en la mejilla con mucha ternura—, ya no contagio, no debes preocuparte.

Quiero hablar, pero no puedo, estoy demasiado emocionada como para decir algo, solo estar en sus brazos está bien.

— Chica rica— cómo extrañaba que me llame así— ¿no quieres hablar conmigo? Estar enfadada no es bueno para ti y menos para el bebé.

— Estoy embarazada— gimoteo separándome unos centímetros de él—, sorpresa— y me oculto en su pecho otra vez.

Me abraza con cariño— ya era hora que te dieras cuenta.

— ¿Lo sabes?— me separo de nuevo y miro a donde estaba el doctor que no está allí quien sabe desde cuándo.

— Solo tú no te diste cuenta— mira en la misma dirección que yo.

— ¿Desde cuándo lo sabes?— por alguna razón me siento un tanto enfadada.

— Lo suponía y nada más— me arregla el pelo otra vez—, estabas tan irritable que no era normal en ti— intento recordar— y como con Clarice tuviste un cambio singular— sonríe—, imaginé que pasabas por lo mismo.

— ¿Y por qué no me dijiste tu sospecha?— lo acuso, se suponía que el sorprendido sería él y no yo.

— ¿Ya quieres discutir?— me abraza, baja la nariz a mi pelo y lo huele— lo que tú quieras, no tengo valor para refutarte.

Y recuerdo que acaba de salir, debe estar cansado y yo solo debo estarlo molestando— ve a descansar, más tarde bajas a ver a los niños.

— Estoy harto de estar recostado— me dice y besa mi pelo—, de ver una cama, de estar en una habitación, de estar lejos de todo el mundo y, por encima de todo eso, de no ver a mis tres hijos, a mis dos hermosas hijas y a ti— y mi Louis me da un beso cerca de los labios.