NO SOMOS COMO LOS OTROS... ¿O SÍ?

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— ¿Y si mejor piensan solo en el puerto?— me sugiere mamá cuando le digo la idea mía y de Louis.

— No— digo muy tranquila—, creo que nuestra idea es más rentable.

— De acuerdo— acepta ella, es sorprendente lo mucho que ha cambiado—, pero pongan a otro para la atención— aunque no tanto—, no se verá bien que él esté al frente.

— No veo lo malo.

— No es porque quiera detenerlos— me dice con cuidado—, es por la imagen que irían a dar— no me convence—. La gente no confiaría en alguien bien vestido, rápidamente se darían cuenta que no es de su clase y que solo quiere seguir lucrando con sus esfuerzos.

Comienzo a comprender— Louis no quiere estar de brazos cruzados— insisto—, él quiere que valga su trabajo y yo también, a eso estamos acostumbrados.

— Tú no estabas acostumbrada a ello— me dice con un suspiro.

— Ahora sí— no discutiré con ella, quiero que nos llevemos bien—, el trabajo y el esfuerzo da buenas recompensas.

Mamá no refuta mi punto— solo hazme caso— dice cuando se pone de pie y se alista para irse—: pongan a otro trabajando en lo que piensan, tu esposo puede llevar las cuentas y hacerse cargo de todo lo legal, solo no estén tan cerca de ellos.

— Ellos no son malos— defiendo con paciencia.

— Está bien— dice mamá y me sorprende—, pero piensa que no verán con buenos ojos a un aristócrata en medio de ellos.

— Louis no es aristócrata y yo dejé de serlo.

Me sonríe benevolente— ahora lo son.

Dueña de mi LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora