— Quiere quitarnos a nuestros hijos— lloro en brazos de Louis—, quiere hacerlo— toda mi bravura se va y solo me queda el llanto— ¿Qué vamos a hacer?
Louis me abraza y deja que llore desconsolada en sus brazos— ¿Cómo fue que nos encontró?— pregunta y se responde solo— no es que nos hayamos ocultado al otro lado del mundo— trata de bromear.
— Aquella vez que te dije que un hombre había detenido a Matthew y a Joy— gimoteo—, allí fue de seguro, ella lo mandó para espiarnos.
— Joane— me abraza con cariño—, respira hondo, nadie nos quitará a nuestros hijos...
— No sabes cómo es ella— suspiro inconsolable—, por lo menos intentará llevarse a Matthew.
— No se llevará a nadie— él no desespera—, tú y yo somos jóvenes y fuertes, ya verás que no la dejamos.
No lo escucho— hay que impedir que Matthew salga— digo mirando las puertas porque de seguro ella está rondando—, se lo querrá llevar, ya verás que lo intenta.
— Joane— me toma de los hombros y me obliga a mirarlo a la cara—, no te portes así, parecerás loca. Matthew está bien ¿por qué crees que se lo llevará justamente a él? ¿Por ser el mayor?— dudo en responder, no quise decírselo, jamás quise mencionarlo y ahora él comienza a sospechar que le oculto algo— Joane— dice en otro tono— ¿qué ocultas?
Respiro hondo, debí decirlo antes— papá puso en su testamento— digo y dejo de mirarlo a los ojos— que toda su herencia pasaba a mi primer hijo legítimo varón.
Louis se queda en silencio y yo no sé qué pensar, no me suelta— entiendo— dice lentamente— y no me lo dijiste ¿por qué?
No sé por qué no se lo dije, no creí que era importante tal vez, o quizá fuera otro mi motivo...— no lo sé— digo y estoy estropeándolo más.
Louis se ríe, pero no cómo siempre lo hace sino de forma sarcástica— tal vez sí lo sabes y no quieres decirlo— vamos a discutir, no me gusta discutir—. Creías que me volvería loco al saber que tu hijo es heredero de un título, que me pondría a derrochar el poco dinero que tenemos o que te diría que vayamos con tu madre para disfrutar de su herencia.
— No Louis— me defiendo—, es qué... no lo sé, quería olvidarme de todo mi pasado.
— Nuestro hijo casi muere— me reclama— apenas nos alcanzó para pagar a ese doctor.
— Louis...
— ¿No confías en mí?— me duele que ahora todo se vaya contra mí, es culpa de ella, ella quería esto, quería separarnos— ¿no te dado suficientes motivos para confiar en mí?
— Louis— ruego de nuevo—, no te molestes conmigo.
— ¡Cómo no molestarme! Me ocultaste algo importante porque pensabas que yo cambiaría al saber que había dinero en algún lado— me quedo en silencio y eso lo estropea más—, sigues siendo una niña rica— me acusa— que piensa que un pobre no puede estar a la altura de gente rica y que lo malgastará todo— me suelta con brusquedad.
— Louis— me acerco a él—, no es así— lo abrazo y quiero que me mire, no lo logro—, solo que... ¡ella está causando esto!— reniego de nuevo— quiere separarnos, no le hagas caso.
— Joane, no eches la culpa de todo a tu madre— me dice frío, no me gusta que me hable así—, en esto ella no tiene la culpa sino tú— él no está equivocado.
— Perdón— digo afligida de verdad—, no lo pensé, tienes razón, pero no es por creerte menos— lo abrazo con fuerza—. Créeme, por favor.
Él sigue molesto y me duele— Joane— me mira— no quiero tu dinero.
— Louis— me abrazo a él.
— Y la verdad es que no sé qué pensar de lo que me dices, pero quiero que sepas que no quiero tu dinero, sé ganar el mío por mi cuenta.
Ay no, se está estropeando más ¿por qué tuve que portarme así y tomar una decisión egoísta?— Louis, no me hables de esa forma— le digo más sincera — lo lamento, no debí desconfiar de ti, jamás me has dado motivos para hacerlo, perdón— lo miro con mi rostro arrepentido.
Louis me besa y siento a mi tranquilidad regresar, en parte— no quiero tu dinero— y yo asiento—, yo te quiero a ti.
— Lo sé— respondo—, yo también te quiero a ti— y me besa de esa forma que solo él sabe.
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Dueña de mi Libertad
Ficção Histórica"Tú no eres esclava de nadie y nadie decide por ti" esas fueron las últimas palabras que me dijo papá antes de morir. A pesar del tiempo no puedo comprender su mensaje y estoy dispuesta a aceptar las pesadas reglas que me impone la sociedad en que n...