ES DÍFICIL ADAPTARSE

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— Espera— la detengo— ¿no quieres ver a los niños?

— Me encantaría— me responde y la llevo hasta donde ellos están.

Mamá no vive con nosotros, ella está casada de nuevo y tiene todos los beneficios y perjuicios que eso conlleva. Mamá vive a dos horas de aquí, debe serle cansado ir y venir por lo que viene como mucho dos veces por semana, pero cuando lo hace no la he visto quejarse, muy típico en ella. En sus visitas no busca a mis hijos en caso no los vea primero, es prudente, siempre soy yo quien se lo sugiere y solo ahí acepta de inmediato.

Ya no desconfío de mamá, no se inmiscuye en mi familia o en mi forma de hacer las cosas y eso me da tranquilidad. El perdón es olvidar y yo olvidé.

Mi familia es otro tema, apenas llevamos un mes aquí y no veo que tanto les ha afectado a los niños, en realidad sí y más en mi esposo.

Louis no está muy cómodo, se nota, su principal incomodidad está en no hacer nada, él es alguien que ha trabajado desde antes de los diez y desde allí no se ha detenido. Su forma de vida es el trabajo y el disfrute de lo que ha ganado, los momentos de libertad los vive más porque siente que es la recompensa de su esfuerzo.

Louis quiere hacer algo y quiere hacerlo ya. Esa es mi principal razón de apoyar su idea y no quiero que ponga a otro en lo que quiere llevar a cabo, pero mamá me ha hecho ver una realidad, ahora somos parte de la clase alta y la clase alta no se lleva bien con la gente de "abajo" y es recíproco. Me veré en la obligación de hacer cambiar de opinión a mi amado esposo y creo que puedo lograr que vea con buenos ojos mi punto.

A mis hijos debo evaluar a todos juntos, cada uno es distinto, pero en este caso una mirada a todos es lo mejor. Sin contar a Lewis que se está adaptando muy rápido, a mis hijos les cuesta un poco. Ellos fueron bien educados por su padre y por mí, saben portarse bien, pero aquí portarse bien no es suficiente, aquí no existen manchas, polvo, pies descalzos y todo aquello que ellos consideran divertido. Matthew ya no puede trepar e ira explorar solo, Erick ya no puede revolcarse por el suelo con Navegante, Joy ya no puede sentarse en cualquier lado porque el vestido caro se le estropea, y el pobre Navegante está de luto porque no puede rascar sus pulgas con tranquilidad pues ya no tiene ni una.

A todo lado donde mis niños van siempre los acompaña alguien, por lo menos uno. Yo les pedí a los sirvientes que los dejen estar solos, pero es inútil, los sirvientes saben de su trabajo, son dedicados y quieren hacer valer su esfuerzo; y yo lo comprendo, no puedo negárselos.

Allí está mi familia, toda limpia y bien vestida, a Louis lo conocí así y no es difícil volver a verlo en buenas pintas, mas cómo que me acostumbré a verlo cansado y contento a la vez. Hoy lo veo contento, pero sé que quiere trabajar con ansias. Solo un poco mi amado esposo, nuestra idea se hará realidad.

Los niños esperan su turno para que su padre les haga dar una vuelta en Sombra que siempre fue el mejor para aprender a cabalgar, una sonrisa se dibuja en mi rostro y un recuerdo, de solo Louis y yo planeando nuestra fuga en ese mismo lugar en que está ahora, inunda mi mente.

— No planearán escaparse de nuevo ¿verdad?— mamá me saca de mis recuerdos felices, pero la sonrisa sigue en mi rostro.

— No por el momento— le respondo, ella me sigue el juego y sonríe, de verdad es sorprendente lo mucho que ha cambiado.

— Niños, su abuela vino a verlos— los llamo y ellos dirigen la mirada hacia nosotras. Louis la vio antes y ya la saludó.

Erick está sobre el caballo, es su turno de montar— ¡voy abuela!— grita contento desde su sitio, es el primero que la ha aceptado y no tiene nada que ver los regalos con los que mamá ha intentado comprarlo.

Matthew se acerca cortésmente, saluda a mamá con respeto y le regala una sonrisa, también de cortesía. Le está costando, pero cada vez mamá va ganando terreno en él.

— Buenos días, encanto— le saluda mamá con una sonrisa de verdadero encanto—, he traído algo para ustedes.

Una sirvienta trae a Lewis jalado de la mano y el niño se abalanza sobre mamá, después de Erick, Lewis la ha aceptado sin reservas.

— Joy, ven a saludar a tu abuela— la llamo.

Joy se queda en su lugar sin inmutarse y dice— será mi turno de subir— tiene cinco y habla correctamente—, esperaré aquí.

Sé muy bien lo que le pasa y debo confesar que no es correcto. Joy es quien más problemas tiene de adaptarse con mamá y me apena porque se nota que mamá la quiere más.

— Yo tardaré en bajar— habla Erick—, Matthew tardó mucho, es mi turno de tardar— Louis no interviene, también sabe lo que siente Joy y no quiere presionarla.

Joy pone carita de resignación y viene a nosotras derrotada, es una niña pequeña y no puede fingir; su actitud me apena de verdad y debo hablar con ella. Mamá, en cambio, no se hace problemas, creo que intuye lo que le pasa, pero se ve que no se dará por vencida con la única nieta.

— Te ves tan bonita— le dice con una sonrisa de cariño— ¿te gusta tu vestido nuevo?

Mamá se lo regaló, en verdad se nota que es su nieta favorita, a los demás también los quiere y cuando les trae regalos procura que sea para todos del mismo valor, pero a Joy... le entrega los más bonitos: listones, vestidos, zapatos, muñecas y otras más, cómo se nota que la quiere por encima de sus otros nietos.

— Es muy incómodo— responde Joy incapaz de mentir—, no me deja moverme— Matthew que ve que la atención no está sobre él, toma de la mano a su hermanito menor y lo lleva al lado de su padre que mira atento el trote de Erick.

— Te hago traer otro más cómodo y bonito— le dice mamá y le alisa su vestido—, verás que ése sí te deja montar ¿quieres otro vestido?

— No sé— responde mi dulzura mirando a sus hermanos pasándolo bien—, tengo muchos.

— Te traje listones nuevos— dice mamá y Joy no se anima, pero mamá insiste con delicadeza—, también traje para tus hermanos algunos juguetes ¿me ayudas a traerlos?

— Ya me va a tocar montar— responde y se me pega—, mami, vamos a decirle a Erick que se baje.

— Erick apenas subió, mi dulzura— le respondo—,vamos con la abuela a ver lo que les ha traído— y Joy asiente con más gusto al saber que no irá sola.

Mamá lo intenta, la entiendo y también entiendo a Joy, pero en esto debo corregirla, no debe guardar sentimientos negativos en su pequeño y tierno corazón.

Dueña de mi LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora