Léeme - Damian x Anya

Capítulo 4

NARRA ANYA

—¿Qué tal te fue el examen, Anya? —me preguntó papá nada más llegar a casa.

En vez de de estar feliz, se notaba a leguas que estaba supernervioso y que estaba esperando lo peor de mí.

—Bien —me limité a decir.

Papá echó todo el aire que estaba conteniendo y se relajó al instante.

«La misión "no más Tonitrus" va en buen camino» le escuché decir en su mente. «Sin embargo, la operación "Amigos" debe continuar, espero que Anya se haga amiga de Damian pronto por el bien de la paz mundial».

«¡Es verdad! Mañana lo intentaré» pensé y me dirigí a mi habitación. Decidí seguir leyendo el cómic de Becky.

~~~

NARRA BECKY

A la mañana siguiente me dirigía a la escuela, como cualquier otro día. Me encontraba bastante bien hasta que me encontré cara a cara con mis molestos compañeros de clase que detesto tanto.

—¡Ey, tú! —Me señaló Ewen furioso.

—¿Es que no os cansáis de hablarme?

—¡Debes disculparte al señorito Damian! ¡Está muy triste por lo que le dijiste ayer!

—¿Triste? ¿Me estáis vacilando?

—¡No fue nada gracioso que le dijeras que estaba celoso de unas niñatas tan insignificantes como vosotras! ¡Fue como darle una bofetada! —exageró Emile.

—¡Si te resulto tan insignificante, entonces olvídame porque no pienso disculparme! —exclamé y pasé de largo.

«¡Sí que son molestos! ¡Espero que Anya nunca acabe con uno como ellos! ¡El chico con quien debe acabar es con uno como Ken, o con él mismo...» pensé sonriendo.

Entré a la academia y me encontré cara a cara con Anya. Me acerqué a ella y cuando iba a saludarla, vi que estaba observando a alguien desde lejos.

Por un momento pensé que era Ken, sin embargo, me equivoqué.

—¿Damian? —pregunté y Anya me tapó la boca.

—¡No hables tan alto! —me regañó susurrando y volvió a observarlo.

«¡Ay, no, esto está mal! ¡Anya no se merece a alguien tan arrogante como él! ¡Ya sé cómo acaban estas historias y ninguna de ellas termina bien! Debo enseñar a Anya a escoger bien » pensé y Anya giró su cabeza para mirarme.

—No pienses cosas raras —me susurró sin más y volvió a girar su cabeza.

—¿Pero qué haces espiándolo? ¡No sabía que fueras una de esas, Anya! —le dije.

Anya pareció ponerse nerviosa y tartamudeó:

—Me... me sentí un poco mal por él ayer y... pensé que debía... debíamos disculparnos con él.

«¡¿EH?!» grité en mi mente. «¡No sabía que a Anya le importaba tanto ese... capullo!».

—Anya, hay veces que las disculpas no son... tan necesarias. ¿Acaso te has olvidado de las veces que Damian te ha molestado y nunca te ha perdo...? —Fui interrumpida al ver que Anya salió de su escondite y se dirigió adonde Damian.

Quería detenerla, pero preferí seguir escondida e intervenir si algo malo sucedía.

«¡Esto va a ser como una escena de una telenovela!» exageré.

~~~

NARRA ANYA

Me encaminé hacia Damian, quien estaba en una ventana observando el exterior con una expresión de tristeza. De algún modo, empaticé con él.