Léeme - Damian x Anya

Capítulo 6

NARRA ANYA

No podía creer lo que veían mis ojos.

—¡¿Qué hago en la enfermería?! ¡¿Qué hora es?! —exclamé preocupada levantándome de golpe.

—Mmmh...

Giré mi cabeza al escuchar esa voz.

«¡¿Segundo?! ¡¿Qué hace él aquí?!» pensé alborotada.

Fui adonde él y lo moví para que se despertara.

—¿Eh? —dijo al despertarse—. ¡TÚ! —me señaló.

—¡¿Qué hacemos en la enfermeríaaa?! —le exclamé—. ¡¿Qué hora es?! ¡Anya no quiere otra Tonitrus!

«¡Oh, no, los Tonitrus!» pensó Damian.

Damian sacó su móvil y vio la hora.

Me miró aterrado.

—¡Las clases comenzaron hace un cuarto de hora! —exclamó él.

«¡¡¡NOOOOOO!!!» pensamos a la vez.

—Mi vida se ha acabado... —exageró Damian tirándose a la cama para "llorar".

—Chi chi se decepcionará de mí... —exageré tirándome al suelo para también "llorar".

—¿... vienen esos gritos? Voy a ir a ver —escuchamos decir desde fuera.

—¡Hay que esconderse! ¡Nos van a poner un Tonitrus! —le susurré gritando a Damian.

Él asintió y se levantó de la camilla. Fuimos corriendo al baño de la enfermería sin que nos pillaran.

—Está muy oscuro. Enciende la luz —le susurré.

—¡No, nos pueden pillar si encendemos la luz, tonta! —me susurró él.

—¡Anya no es tonta!

—¡Cállate! —Y me tapó la boca.

—¿Escuchaste algo? —oímos desde fuera.

—Es muy probable que el ruido venga de otra clase.

—Sí, salgamos fuera.

Esperamos hasta que la puerta se cerrara.

Me desquité la mano de Damian de la boca y salimos del baño.

—¿Ahora cómo regresaremos a clase? —preguntó Damian.

—No sé... Me gustaría ir a casa a contarles todo a mis papis, pero salir de la escuela sin que nos pillen será complicado... —dije preocupada.

Damian frunció el ceño.

—Ese es tu problema, no el mío.

—Por cierto, ¿te encuentras mejor?

Damian se enrojeció.

—¡No me digas que sigues con fiebre! —exclamé.

Me acerqué a él para medirle la temperatura, pero se alejó.

—¡Estoy bien, aléjate! —farfulló nervioso.

«Como me vuelva a tocar la frente, puedo volver a desmayarme...» le escuché decir.

«¡Oh, el Segundo sigue estando mal!» pensé.

—Igual... lo mejor sería llamar a la enfermera... —deduje.

—¡Ni se te ocurra! ¡Descubrirán que faltamos a clases!

—¡No tenemos otra opción! ¡Sigues con fiebre!