Léeme - Damian x Anya

Capítulo 50

NARRA BECKY

—Umm..., chicos, creo que ya va siendo hora de ir adonde Anya y... —dijo Andrew levantándose y mirando a su alrededor.

—Nah, déjalos. Seguro que se están divirtiendo estando a solas —dije imaginándome un beso entre ellos.

—Becky tiene razón. Ahora están en un momento de su relación en la que hay que dejarlos el mayor tiempo posible a solas. De esa manera, dejarán de estar ciegos y verán que están enamorados —dijo Ken.

—Pero ya los hemos dejado a solas, hay que buscarlos —dijo Andrew apurado y alejándose de nosotros.

Miramos a Andrew marcharse.

—¿Pero a este qué bicho le ha picado? —preguntó Emile.

—Nadie lo sabe —contesté.

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NARRA ANYA

—Encontramos el mechero, profesor Anderson —dijeron unos chicos en frente de nosotros, entregándole el mechero.

—¡Muchísimas gracias! ¡Ahora podremos hacer la fogata! —dijo Anderson felizmente.

—¿Y exactamente qué haremos aparte de la fogata? ¿Se celebra algo? —pregunté al lado de Damian.

—Bueno, contaremos historias de terror, comeremos malvaviscos, cantaremos canciones con el ukelele...

—Vamos, todo lo que se hace en un campamento de verano —dijo Damian.

—¡Sí!, aunque... hay un problema... —dijo Anderson.

—¿El qué? —preguntamos.

—Como hay un grupo que tiene que recoger las mesas y limpiar a la hora de la cena, se lo perderá todo... —dijo entristecido.

«¡No puede ser! ¡Somos nosotros!», pensé aterrorizada. «¡No podré comer malvaviscos!».

—¡Somos nosotros, profesor! —le dije en un tono de angustia.

—Vaya, es una verdadera pena... —dijo él.

Puse morritos y solté un suspiro muy largo.

—No pasa nada, Anya —dijo Damian a mi lado para consolarme.

—A Anya le hacía ilusión... —dije—. Bueno, da igual. Mejor vayamos yendo adonde los demás...

Me separé de la multitud y empecé a buscar a mis amigos.

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Mientras Damian y yo caminábamos por la zona, escuchamos una voz:

—¡Anya! —dijo Andrew corriendo hacia nosotros.

—¡Hola, Andrew! —saludé—. ¿Sabes dónde están los de...?

—¡¿Estás bien?! —me preguntó un poco apurado.

—S... sí...

Damian nos miraba de manera sospechosa.

—¿Acaso pasa algo, Lockrige? —le preguntó a Andrew.

Andrew miró a otro lado, nervioso.

—N... no, nada... Todo anda bien... Vuestros amigos están al lado del comedor... —nos dijo.

«Mmm... Aquí hay gato encerrado», pensó Damian.

«Opino lo mismo...», pensé.

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NARRA DAMIAN

Unas horas después, me acerqué adonde Lockridge para que me explicara lo que estaba pasando. Estaba muy intrigado con la explicación que me iba a dar ya que jamás lo había visto tan interesado por Anya.