Léeme - Damian x Anya

Capítulo 31

NARRA DAMIAN

Al día siguiente, llegué demasiado pronto al colegio. Estaba ansioso por ver a Anya. Más de lo que debería. ¡Pero no era para tanto! Mi hermano estaba peor que yo, así que no llamaba tanto la atención...

Algo positivo tenía que haber en esta situación...

—¡¿Dónde está?! ¡Necesito verla! —exclamaba Demetrius desesperado.

—Pareces un acosador... —le dije—. Cálmate.

—¡No puedo calmarme! ¡Mi cuñadita está en peligro de no ser mi cuñadita!

«Otra vez con sus chistes...», pensé abatido.

—Estoy replanteándome en no volver a dirigirte la palabra a partir de ahora...

—¡Ah, ahí está! —dijo él señalándola.

Di un brinco al escucharle decir eso. Miré en esa dirección y la vi junto a Becky. Quería ir adonde ellas... cuando vi que también iban acompañadas de... él.

Esa sonrisa orgullosa, ese pelo dorado que resplandecía bajo el sol, esos ojos del color del océano que brillaban en todo momento...

Tanto Becky como Anya no se despegaban de él.

«¡¿Lockridge?!», pensé sin evitarlo. «¡UGH! ¡NO ME LO PUEDO CREER!».

Un dato curioso de esto era que... Lockridge se había convertido en la persona que más detestaba en este planeta... ¡Mucho más que mi hermano y Luka! ¡Mucho más que cuando Mira me chantajeó! ¡Mucho más que todos ellos juntos! ¡ODIABA A LOCKRIDGE CON TODA MI ALMA!

¿Por qué?, os preguntaréis. Lo sabréis más adelante.

—Segundo, cálmate. Te va a dar un infarto —me dijo alguien de repente.

—¡AH! ¡ANYA! —exclamé echándome para atrás por el susto.

—En cuanto oí tus pensamientos, me preocupé —me dijo ella.

—¡Espera! —La detuve—. ¿Cómo te encuentras? ¡Ayer no me dijiste nada! ¡Te fuiste y no regresaste!

—¿Becky no te lo contó? —me preguntó—. Me quedé durmiendo con ella anoche.

—¡Sí, pero tú no me dijiste nada! —le dije mientras veía a los demás acercarse adonde nosotros... incluido Lockridge.

Le miré de manera amenazante y él se asustó.

—Bueno, cuñadita. ¡Ya nos veremos! —se despidió mi hermano alegremente—. ¡Andrew, hasta pronto!

—¡Hasta luego! —se despidieron Anya y Lockridge.

Sentía mi piel ardiendo. ¡Mi hermano me estaba decepcionando demasiado este día!

—Y... yo... —dijo Andrew tartamudeando— me voy... yendo... ¡A... adiós! —Se fue corriendo.

Intenté tranquilizarme.

Anya me miró.

—¿Lo acabas de espantar? —preguntó.

—¡Por supuesto que no! Seguro que solo quería orinar —me inventé y me dirige a mi aula.

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Unas horas después, me tocó la clase de matemáticas, la cual era una asignatura que compartía con mis amigos... y otros no muy amigos...