Léeme - Damian x Anya

Capítulo 72

NARRA ANYA

—¿Comprometido? —pregunté mientras que los demás tenían las caras pálidas, como si hubieran visto a un alien—. ¿Eso quiere decir que te casarás?

Mira nos miró con los ojos llorosos.

—S... sí... —dijo al borde del llanto.

—¿Pero eso qué tiene de malo? —pregunté.

Todos me miraron amenazantes.

«Ups...», pensé.

—¡Anya, MIS PADRES ME HAN COMPROMETIDO! ¡Me obligan a casarme con un ricachón de Escocia! —exclamó haciendo un drama.

—¿Ricachón de Escocia? —repetí y miré a Ken—. ¿Y qué hay de Ken? ¿Por qué no te han comprometido con él?

Ken se sonrojó y miró a otro lado, enfurecido.

Mira también se sonrojó, pero enseguida se le nubló la vista.

—Mis... mis padres me dijeron que firmaron unos papeles de compromiso con una familia escocesa desde que era muy pequeña. Me querían comprometer con esa familia de Escocia para... que nuestra familia empezase a ser más famosa públicamente. —Nos miró con ojos llorosos—. Incluso me han obligado a dejar los estudios... para meterme en una academia escocesa para aprender a comportarme tal y como una doncella...

—Pero... ¿eso no es muy poco moderno? —preguntó Becky—. Ni mis padres serían capaces de hacer algo como eso...

—¡Mi familia es extremadamente tradicionalista! ¡Tienen sus costumbres de siempre! ¡Si mi madre se casó con mi padre a los 16, a mí me obligan a hacer lo mismo! ¡Si mis padres fueron a una academia de señoritas, yo también debo hacerlo! ¡De esto trata mi familia, mi vida ya está escrita! ¡No tengo libertad! —dijo Mira e hizo una pausa para tomar aire—. Es solo que... me frustra que me digan que me tengo que casar ahora... —susurró—. Mi... mi papá... antes de morir... me pidió que encontrara... a un hombre con el... con el que estuviera enamorada... porque no quería que... siguiera las órdenes de mi madre... Él... también fue forzadamente casado con mi madre... y nunca pudo ser libre... Él solo quería... tener libertad... y... me pidió que yo encontrara al hombre de mi vida para... no seguir ese camino... —Se secó las lágrimas—. Yo... no quería deciros esto porque... odio las despedidas tristes. No quiero despedirme de vosotros... No quiero, creedme. Yo solo... quiero seguir aquí... con vosotros y... seguir siendo... novia de Ken... —Se me estremeció el corazón—. Siento... haberos hecho... llorar. No era mi intención... Ahora se nos hará más difícil despedirnos...

Ya estaba llorando...

—¡MI... MIRAAA! —vociferó Ken, lanzándose a sus brazos para abrazarla.

Enseguida escuché a los demás llorando también a mi alrededor.

«Odio llorar...», pensé, secando mis lágrimas.

—No..., no..., Ken. —Mira se separó de él—. No hagas esto más difícil... De... debemos dejar lo nuestro... No hay otra alternativa.

—¡No! ¡No! —decía él llorando—. ¡Hablaré con mis padres y solucionaré esto y...!

—No hay nada que se pueda hacer. Todo está planeado. Me casaré... el día que cumpla los dieciséis y... dejaré de ser libre.

Mira se levantó y se secó las lágrimas con las dedos.

—Te... tengo que ir a mi habitación para seguir haciendo las maletas. Si no os vais pronto, es muy probable que os terminen pillando —nos avisó y subió las escaleras.

—¡ESTO ES EXTREMADAMENTE TRISTE! —dijo Becky llorando descontroladamente—. ¡Tenemos que impedir que se vaya como sea!

Andrew negaba con la cabeza.