Capítulo 55

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NARRA DAMIAN

Ocurrieron varias cosas durante el próximo mes.

Antes que nada, Mira y yo volvimos a estar juntos. Nadie notó ningún cambio, pero ahora Mira no entendía el porqué había decidido hacerme su novio. Así que no hablábamos mucho juntos. Era incómodo.

Por otra parte, llegó el día Blanco. Ese día que se celebra el 14 de marzo como una continuación y culminación del día San Valentín. A mí no me hacía mucha gracia celebrarlo porque tenía a un montón de chicas esperando a que les diera su dichoso dulce de vuelta.

«No nos dejemos engañar. Está claro que me dan el dulce el día de San Valentín para que el día Blanco yo les dé uno de mayor calidad como intercambio. Siempre han sido así de interesadas...», pensé suspirando.

Cuando mi hermano se acordó de que el día Blanco se acercaba, me estuvo dando la lata sin parar. Me repetía una y otra vez que le regalara algo bonito y especial a Anya. ¡Tan solo a ella!

No entendía el porqué le había caído tan bien esa enana de pelo rosado y ojos... bastante lindos. Acabó "obligándome" a que lo hiciera y le acabé comprando eso que tanto me insistía en que le comparara.

Al final, no fue algo tan grandioso como él me decía, pero para alguien humilde como ella no estaba mal. Me lo iba a agradecer, o eso quería pensar.

—Recuerda —me repetía Demetrius antes de salir de casa—, no te acobardes y ¡dáselo! Pero no como si fuera alguien que odias. Dáselo como si fuera una amiga para ti... o alguien más, si prefieres.

—Sí, sí... Ya me lo has repetido más de diez veces. ¡Ya lo he entendido! —exclamé mientras me ponía las zapatillas.

—Y recuerda que si no haces lo que te he dicho, ¡intervendré! —me amenazó.

—Eso también me lo has dicho... —murmuré—. Bueno, me voy.

Me acerqué a la puerta para irme, pero Demetrius me detuvo.

—Casi te lo olvidas—me dijo, dándome el regalo de Anya.

«Mierda...», pensé.

—Ah, sí... —dije.

—Esta vez no te libras. ¡Se lo vas a dar, te estaré vigilando!

—Adiós —me despedí, cerrándole la puerta en la cara.

~~~

Nada más llegar al cole, vi a mis amigos en la entrada con unas bolsas con regalos.

—Hola —los saludé.

—Hola... ¡Guau, ¿todo eso son regalos?! Pareces Papá Noel —dijo Emile.

—Sí, jefe. Lo pareces de verdad —comentó Ewen.

—¿Y qué? Es mi obligación —dije cansado.

Varias chicas no tardaron en aparecer.

Les repartí varios dulces y se alejaron de mí echando risitas.

—¿Cuántos tienes? —preguntaron.

—Ni yo sé —respondí.

Más y más chicas aparecieron y yo les seguía repartiendo regalos hasta cansarme.

—Esto es agotador. ¡¿Por qué me tenían que regalar chocolates en San Valentín?! —me quejé alejado de la multitud y me tomé un zumo con mis amigos.

—¿Y te quejas? Ojalá yo tuviera tantas fans como tú —dijo Ewen.

—No son fans, Ewen. Solo son... interesadas porque saben que soy rico y les puedo dar dulces de calidad.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora