Capítulo 42

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NARRA DAMIAN

—Creo... que no es necesario —se atrevió a decir Lockridge.

—¡¿Acaso intentas llevarme la contraria?! —exclamé.

—Es que... no es necesario —repitió.

—¡No soy sordo!

—Como es una suposición vuestra, no es necesario que se tome la pastilla —me dijo.

—¡¿Pero tú quién te crees que eres para decir eso?!

—Mi madre es una de las mejores doctoras del país —dijo tranquilamente—. Y quiere que yo también lo sea, así que me ha enseñado... mucho.

«¡Normal que sea un cerebrito!», pensé rabioso.

No le dije nada.

—Entiendo que os preocupe que Anya termine embarazada, pero eso solo es una suposición vuestra. La mujer se toma la pastilla del día después tras haber tenido relaciones sexuales sin protección o si el método anticonceptivo que se utiliza falla. En el caso de Anya, no lo sabemos al cien por cien, así que, repito, no es necesario —explicó él.

—¡Me da igual que no sea necesario! ¡No pienso permitir que Anya se quede embarazada! —susurré para que nadie me escuchara.

Él suspiró pesadamente.

—Bien, como quieras —accedió él y empezó a comer su merienda.

Me acerqué a su oído.

—¿Acaso hay riesgos? —pregunté.

—¿De qué?

—De que se tome la pastilla.

Se quedó en silencio, pensativo.

—No los hay... —me alivié—, pero la pastilla puede fallar.

—¡¿QUÉ?! —exclamé.

Lockridge suspiró y esperó a que la gente que nos estaba mirando dejara de observarnos.

—¡¿A qué te refieres?! —pregunté.

—No es cien por cien seguro, pero tranquilo, es muy poco probable que falle. Sin embargo, tiene otro problema.

Gruñí.

—¡¿Cuántos problemas tiene la maldita pastilla?! —me quejé.

—No ofrece protección contra las infecciones de transmisión sexual —explicó.

—¿Eso qué es? ¿Malo...? ¿Bueno...? —pregunté sin enterarme mucho.

Lockridge me miró sorprendido.

—Desmond, no te enteras de nada...

—¡Cállate, bobo! ¡Y ahora respóndeme! —le obligué.

Él suspiró y nos separamos un poco de la multitud.

—Las infecciones de transmisión sexual son enfermedades que se pasan de una persona a otra a través del sexo —explicó—, así que no, no es bueno.

—Bueno, al menos eso se podrá curar, ¿no? —pregunté.

—Depende de la enfermedad —dijo—, y para tu información, existe el aborto —cambió de tema.

—¡Como comprenderás, Anya no va a abortar porque sus padres se enterarían y la podrían culpar por ello! —dije.

—¿No piensa contárselo a sus padres? —preguntó Andrew—. Eso sí que es un problema...

—¡La pobre ya ha sufrido bastante como para soportar las broncas de sus padres!

—¿Pero por qué la iban a culpar? Ella no ha tenido la culpa... Creo que lo que Anya debería de hacer es contárselo a sus padres —dijo Andrew—, pero haz lo que tú quieras. A fin de cuentas, sois novios. —Y se fue.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora