Capítulo 68

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NARRA ANYA

—Andrew, desde hace un tiempo, siento algo muy especial cada vez que estoy contigo. Eres el chico más amable, divertido y valiente que conozco. —Miré al suelo—. Y cada vez que sonríes, mi corazón da un vuelco.

Andrew me sonrió.

—Anya, eso es muy dulce de tu parte. Sabes que también disfruto mucho pasar el tiempo contigo, eres única y muy especial para mí.

—Andrew, no sé cómo decírtelo..., pero estoy enamorada de ti —confesé tímidamente.

Bajé la mirada, avergonzada.

—¿Enamorada de mí? No me lo esperaba... —Tomó suavemente mi mano—. Sabes, yo también siento algo especial por ti. Eres increíble, inteligente y siempre me haces reír.

—¿En serio? —Levanté la mirada con esperanza—. ¿Me lo dices de verdad?

—Sí.

Mi corazón palpitaba con fuerza.

—¿Me... quieres?

—Anya, te quiero.

A pesar de que esas palabras hubieran estremecido mi corazón, mi expresión de felicidad cambió a la de una de sorpresa al ver la cara de Andrew transformándose en la de Damian.

«¡¿QUÉÉÉ?!», pensé echándome atrás.

—¡¿Se... Segundo?! —preguntaba asustada.

—¿Qué... pasa?

—¡AAAAAAAAHHHHHHH!

Me desperté de golpe, totalmente alterada. Mi corazón estaba a mil por hora y mi cuerpo no dejaba de temblar.

«¿Qué... qué... clase de sueño ha sido ese?», pensé llevando una de mis manos al pecho. «Estaba soñando con Andrew cuando... de repente apareció el Segundo... ¡¿Qué me ha pasado?!».

—¡Anya!, ¿estás bien? —me preguntó Damian a mi lado, sosteniéndome de los hombros ya que seguía temblando.

—No... no entiendo lo que me acaba de pasar —admití—. Estaba durmiendo cuando...

—Mientras dormías, me llamaste. ¿Pasó... algo? —me preguntó con un leve sonrojo.

«¡No puedo contarle lo que pasó! ¡Me moriría de la vergüenza!», pensé.

—Nada... Solo... ha sido una pesadilla... —dije, levantándome del suelo.

—Mmm... —musitó él y se levantó también—. Por lo menos, ahora estás mejor, ¿verdad?

Le miré.

—¿Por qué lo dices?

Damian me miró confuso.

—Ya sabes..., por lo de Lockridge... —Le miraba sin entender—. Te... rechazó.

Abrí los ojos.

«¡Mierda!», pensé avergonzada.

—¡Ah!, eso... —Me quedé en blanco—. Sí, sí, estoy mejor. Gracias por preocuparte, Segundo. —Me miraba seriamente—. Me... mejor nos vamos yendo, ¿no te parece? Seguro que nos están esperando...

Me dirige hacia el concierto corriendo.

«¡¿Cómo se me ha podido olvidar lo de Andrew?! ¡He quedado como una tonta! ¡No quiero ni imaginarme lo que pensará el Segundo de mí a partir de ahora!», pensé.

Fui dejando de correr poco a poco, dándome cuenta de algo.

«No puedo dejar de darle vueltas al sueño que he tenido... ¡¿El Segundo confesándome sus sentimientos por mí?!», me preguntaba muy nerviosa. «¡Debo dejar de pensar en eso! ¡Nunca debería haber soñado eso! ¡Es... es... una LOCURA!».

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora