Capítulo 57

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NARRA ANYA

Ya me había hecho mayor. Ahora tenía un año más: 6 años... aunque fingiera tener 8.

Mañana expondríamos la obra de teatro. Sí, como os lo podéis imaginar, había pasado un tiempo...

Y yo había estado preparándome el guion muy bien, así que deseaba recibir una Stella ese día.

¡Y así ya tendría otra Stella más!

Me tocaba el papel de la princesa de Ágrabah, Jasmine. Una chica increíblemente fuerte e independiente de muchas maneras, no tiene miedo de decir lo que piensa, y no le importa quién está en contra. Ya se trate de su padre, Jafar, o algún otro villano, Jasmine no duda en defender lo que es correcto, sobre todo para la seguridad de los demás en lugar de a sí misma.

Me encantaba ese papel. Sentía... que me convertía en alguien que jamás pensé que sería. Tenía una sensación fantástica cuando actuaba siendo ella.

Y, por otro lado, estaba Aladdín, Ewen, el chico con el que aparentemente Jasmine se enamogaba. Un chico humilde, de bajos recursos, pero muy amable y bondadoso. Su heroísmo es demostrado por sus actos desinteresados ​​y su determinación para rescatar a Jasmine cada vez que necesita su ayuda. Es muy ingenioso, y tiene muchos trucos para robar comida, aunque siempre acabe compartiéndola.

Lo cual... era admirable.

Su vida sencilla le ha enseñado a apreciar lo que tiene. Su preocupación por los demás le ayudó a que Jasmine se enamogase, aunque a veces su generosidad no esté tan bien recibida, como cuando ayuda a gente como Iago (el loro de Jafar).

Ewen era brillante para ese papel. Sin embargo, últimamente tenía la sensación que no daba su cien por cien a la hora de actuar, como si dudara cada vez que hablaba o se movía. Parecía que algo malo le estaba sucediendo.

Hoy iba a ser el último día de ensayo. Estaba muy nerviosa. Sentía que iba a desmayarme en cualquier momento.

Evidentemente, teníamos que vestirnos y prepararlo todo como si lo estuviéramos presentando mañana. Todo tenía que estar perfecto, tal y como lo planeamos.

Yo hice bien mis actuaciones, sin embargo, Ewen no parecía muy seguro de las suyas.

—Egeburg, ¿te encuentras bien? —le preguntó Henderson percatándose de que algo no andaba bien en él.

—Yo... —se quedó callado— estoy bien. No se preocupe, profesor.

Henderson no se fiaba de sus palabras. Lo examinó un poco físicamente por si acaso.

—Pro... profesor, le repito que estoy bi... bien. No es nada. —Negaba con la cabeza.

—¿Estás seguro? —le preguntó—. ¿No serán los nervios anticipatorios? —No pareció entenderle—. ¿Estás nervioso por lo de mañana?

Ewen empezó a temblar exageradamente mientras cientos de miradas de los otros alumnos le observaban.

—Anda, ven conmigo. Hablemos en privado —le dijo, llevándoselo a un lugar sin nadie.

Los vi irse preocupada.

«¿Será algo serio?», me pregunté cuando una chica se acercó de repente adonde mí.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora