Capítulo 42

4.8K 460 191
                                    

NARRA ANYA

Me gustaba hablar con Damian. Era como si pudiera expresarme libremente sin preocuparme de lo que podría suceder. Esto era algo nuevo para mí. Si esto hubiera ocurrido el año pasado, no habría sentido lo mismo. Antes hablar con él era una tortura. No dejaba de burlarse de mí. Pero ahora había cambiado.

La lluvia no cesaba. Seguíamos los dos bajo su paraguas, viendo la lluvia caer a nuestro lado. Era una sensación muy relajante.

—Bueno..., creo que hay que ir yendo. La lluvia no va a parar —dijo Damian, mirando a su entorno.

Lo miré a los ojos.

—Ha estado bien hablar contigo —dije a modo de despedida—. Y feliz San Valentín.

Damian se sonrojó un poco.

—I... igualmente —contestó y me miró extrañado—. ¿No traes paraguas?

Negué con la cabeza.

«Ahora que lo pienso... Esto me recuerda un poco a lo que pasó un día antes de la prueba de valor. El día en el que le propuse que fuera mi pareja... ¡para la prueba!», pensó Damian.

«Cierto. Anya lo recuerda», pensé.

«Aquel día me desmayé. Me sigo preguntando lo que había pasado... Nunca me había desmayado antes. ¿Debería preguntárselo?», se preguntó Damian.

—Umm... Segundo —alcé mi mirada y observé su paraguas—, ¿este no es el paraguas que me regalaste? —pregunté.

Damian me miró extrañado.

—Yo nunca te lo regalé. Eso te lo inventaste tú —dijo él—. Por cierto, aún sigo preguntándome cómo supiste la contraseña de mi móvil.

Abrí los ojos, nerviosa.

—Eso... ya te lo explicaré... más adelante —dije sin saber cómo contestarle a eso.

Damian hizo una mueca.

—¿Acaso me acosas y por eso lo supiste? —preguntó de repente.

«Sí... y no», pensé.

—No. Anya jamás haría eso —mentí negando con la cabeza, frustrándole un poco.

—¡¿Entonces cómo?! ¿Eres un extraterrestre o qué? —preguntó.

—Anya es Anya —respondí.

Me miró agotado.

—¿Sabes qué? Olvídalo —dijo abatido.

Le miré alejarse de mí seriamente, lo cual me inquietó bastante. Le seguí para que la lluvia no me mojara.

Llegamos a la entrada de Eden y Damian guardó su paraguas.

—¿Qué haces? ¿No te ibas? —pregunté.

Me miró discretamente y sacó algo de su mochila.

—Toma —me dijo, lanzándome un jersey.

Lo atrapé y me lo puse.

—Ahora ya puedes irte a casa sin MI paraguas —dijo él sacándome la lengua.

—Vaya, gracias, Segundo —le dije—. Tu jersey abriga.

Se dio la vuelta, abriendo su paraguas nuevamente. Pensé que se iría sin más cuando vi algo que creí que me lo imaginé: sonrió.

~~~

NARRA DAMIAN

Nada más llegué a casa, decidí ponerme a estudiar.

—¿Dónde estuviste? Llegas tarde —me dijo mi hermano.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora