Capítulo 9

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NARRA DAMIAN

—Ya estoy listo. ¿A qué playa iremos?

Llevaba una mochila encima. No era muy grande, porque solo íbamos a la playa, pero necesitaba llevar cosas como ropa para cambiarme, toallas y la cantimplora.

—A la de Rostock. Es la ciudad con playa más cercana que tenemos de Berlint. Además, me han hablado muy bien de ella.

—¡Ya estoy listo! —dijo Demetrius bajando las escaleras con ropa muy veraniega y con unas gafas supermodernas.

Intenté no reírme.

—Ya lo veo... —contesté.

—Yo también estoy lista —dijo Anya a sus espaldas—. ¿Nos vamos?

No podía quitar la vista de encima. Nunca le había visto con ropa así. Le quedaba genial.

—Sí, vamos. El autobús llegará pronto. Hay que darse prisa —dijo mamá saliendo de casa—. ¡Adiós, Jeeves!

Jeeves era nuestro mayordomo y estaba despidiéndose de nosotros a nuestras espaldas. Me caía muy bien.

Cuando llegamos a la estación de buses, vi cómo mi hermano y Anya charlaban continuamente como si de repente fueran mejores amigos. Aunque tenía que admitir que Anya siempre había sido buena socializando.

—Ah, ya ha llegado —dijo papá levantándose.

Desde que mi familia se unió, mis padres empezaron a dejar de darle tanta impotencia a nuestra reputación. En realidad, fue mi padre quien decidió realizar ese cambio. Y, entre otros muchos cambios, uno de ellos trataba de dejar de gastar tanto dinero en cosas como los aviones de alta clase y yates para viajar. Nos dimos cuenta de que incluso las cosas más sencillas como los autobuses podían hacer feliz a muchas personas ya que lo que más importa es pasar el tiempo con las personas que aprecias.

Entramos al bus y nos sentamos en los últimos asientos para estar todos juntos.

Mamá fue la primera en sentarse y luego, papá. Demetrius le dejó a Anya sentarse al lado de papá y luego hizo lo mismo conmigo, haciendo que yo estuviera sentado entre los dos.

Fue muy incómodo.

Mamá y papá no dejaban de hablar durante todo el viaje. Tenían un mapa de la ciudad a la que nos dirigíamos en las manos e intentaban decidirse de qué ruta tomar para llegar a la playa, mientras que nosotros tres nos aburríamos un montón.

Vi a Anya sacar su móvil y chatear con unas personas. No quise ser un cotilla, así que aparté la mirada y observé a mi hermano.

Él me sonrió y me hizo unos guiños para que sacara el teléfono y chatease con él.

Demetrius: ¿Y qué? ¿No le vas a decir nada? Habla con ella.

Alcé mi cabeza para fulminarle con la mirada.

Yo: Le hablaré cuando me dé la gana. >:(

No solía mandar emoticonos, pero como Emile y Ewen lo hacían, yo también me acostumbré a mandarlos.

Demetrius: Ahora es el momento idóneo. ¿Por qué crees que os he juntado en el autobús? ¡Habla con ella!

Apreté mis dientes.

Yo: Está chateando. Ahora no.

Me di la vuelta y vi que apagó el móvil.

Demetrius: ¡Ya no lo está! ¡Aprovecha ahora y háblale!

Yo: Ugh... no le veo ninguna necesidad. Además, no sé qué decirle.

Vi cómo Demetrius se quedó pensando. Buscó algo en su bolsillo del pantalón y me lo dio a las manos. Eran unos auriculares.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora