Capítulo 76

2.6K 263 224
                                    

NARRA DAMIAN

Estaba siendo una noche muy larga para mí. No había pegado ojo. No podía permitir que se me escapara nada de la boca... Después de lo que Anya dijo...:

—Es que... imagínate si sin querer mencionas a la persona que te gusta en sueños...

«¡No permitiré por nada en el mundo que eso suceda! ¡Ni hablar!», pensé.

—Se... Segundo... —murmuró Anya mientras se daba la vuelta para mirarme.

—Oh, lo siento... ¿Te he despertado? —susurré mientras me giraba hacia ella.

—Piensas demasiado... Ya cálmate —musitó ella a la vez que bostezaba.

—Es que... no puedo dormir —admití.

Anya abrió los ojos y se acercó un poco a mí.

Me sonrió.

—¿Acaso... —susurró— quieres que te cuente un cuento para dormir?

La miré con una sonrisa.

—No tengo cinco años —dije sarcásticamente.

Anya se rio un poco.

—Pero siempre funcionan a la hora de dormir...

Le miraba fijamente.

—Quizás... si me cuentas algo vergonzoso tuyo me ayude a dormir —dije aprovechando el momento.

Anya jadeó y se sonrojó.

—¿A... algo vergonzoso mío? —preguntó ella, inquieta—. ¿Por... por qué... que... querrías que... que yo...?

—Yo te conté el sueño vergonzoso que tuve el día que me lo pediste. Ahora te toca a ti —susurré con una sonrisa.

Anya miró a otro lado.

—N... no sé... Yo... yo... si te llegara a contar eso..., quizás... —se volteó hacia mí— dejes de verme de la misma forma.

No pude evitar asustarme.

Ahora sí que tenía la piel de gallina.

—¿De... debería preocuparme? —pregunté temblando.

Anya bajó la mirada.

—S... sí...

Tragué saliva.

—¿Estás segura de que es... algo vergonzoso? —Me miró—. Si... es algo que realmente no me quieres contar..., no te voy a o... obligar...

—No sé por qué, pero..., de hecho, siento la necesidad de... contártelo... —me interrumpió ella mientras me miraba fijamente a los ojos—. Es que... es algo que... nunca me había pasado y...

—¿Nu... nunca... te había... pasado? —repetí, nervioso por sentirla tan cerca de mí.

«¡¿No... no se estará... refiriendo a...?!», pensé por un momento, incrédulo.

Mi corazón empezó a latir aceleradamente mientras me entraban muchas ganas de acariciar sus mejillas como hacía normalmente.

¿Y si intentaba decir que me quería?

—Sí... —susurró ella—. ¿Me dejarías contártelo? —Asentí y ella echó un suspiro—. Pues..., irónicamente, también se trata de un... sueño —empezó diciendo.

«Ah...», pensé un poco decepcionado.

—¿Un sueño... como el que yo tuve contigo y con Luka? —pregunté.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora