Capítulo 29

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NARRA ANYA

Este diciembre descubrí todo acerca de esa nueva misión. Pero antes de descubrirlo, papá fue a su trabajo para hablar del tema. Según los pensamientos de chi chi, aceptaron su nueva misión, la cual se le llamó como "amigos 2". Superoriginal.

Estos últimos días antes de Año Nuevo, chi chi no dejaba de darle vueltas a la misma misión continuamente. Al parecer, la misión trataba de Ken y su familia.

«La familia Meyer es muy poderosa. A diferencia de otras familias, esta no se considera poderosa por riqueza, sino que por información. Meyer tiene acceso a todas las empresas más importantes de Ostania y Westalis. Si Anya llegara a ser amiga de Ken, podría conseguir toda esa información tan importante que podría salvar a muchas personas, trayendo consigo la paz mundial» pensó chi chi.

«Así ha estado todo el rato...» pensé agotada.

—Anya, rápido. Llegas tarde —me avisó papá de repente, dándome un paro cardíaco.

«¡Cierto! ¡Hoy Anya ha quedado con Becky en su casa!» pensé apurada.

«Este es el momento idóneo para que Anya me dé información sobre la familia Blackbell. Espero que no sea un desperdicio» pensó chi chi, haciendo que yo le mirara con atención.

«¡Debo hacer progresos!» pensé.

Me despedí de él en un saludo militar y me fui corriendo de casa.

«¿A qué ha venido esa despedida?» pensó.

~~~

—¡BECKYY!

—¡ANYAA!

Nos abrazamos nada más vernos.

—¡Cuánto tiempo! —exclamó ella, separándose de mí.

Shierto... Una semana entera sin vernos... —murmuré.

Becky me sonrió.

—Ven, que te enseño mi casa —me dijo ella, dejándome entrar a su casa.

Nada más entrar, apareció Marta, recibiéndome.

—Buenos días, señorita Forger —me saludó con una reverencia.

Abrí los ojos, emocionada.

—¡Qué guay! —exclamé.

«¡Siento como si fuera una princesa de un castillo gigante!» pensé.

Becky me miró y volvió a sonreírme.

—¡Acompáñame, te enseñaré lo demás! —dijo ella cogiéndome de la mano y arrastrándome por el lugar.

Me enseñó su comedor, vestidor, sus baños, su jardín, lavandería (por alguna razón que no entendí), su sala de música, de cine... ¡Demasiadas cosas!

—¡Es emocionante, ¿verdad?! —me preguntó ella.

La miré agotada.

—Anya quiere descansar —admití.

Becky me arrastró de la mano hasta que entramos a una habitación.

—¿Aquí... duermes? —le pregunté sorprendida por lo espaciosa que era.

—¿Aquí? No, qué va. Esta es una habitación para invitados.

La miré aburrida.

«Este cuarto es más grande que mi piso» pensé poniendo una mueca.

—¡Ven, vamos a ver pelis! —me dijo ella y empezamos a ver series, documentales, conciertos y..., por si no fuera poco, películas.

Becky se sonó los mocos.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora