Capítulo 73

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NARRA DAMIAN

¡¿Anya y yo fingiendo que nos casamos?!

Parecía un sueño...

Volví a la realidad e intenté no enloquecer. En cualquier momento podía pensar una tontería y Anya podía escucharme, debía calmarme y actuar como si esto no fuera para tanto.

Respiré unas cuantas veces y me centré en la conversación.

—Interesante... —dijo Becky con una sonrisa traviesa.

Anya le miró sonrojada.

—Yo... yo... no sé... Creo que... esto ya es... pasarse —dijo ella tartamudeando.

—Umm... yo creo que no —dijo Ken todavía con los ojos llorosos—. Sería precioso de ver... —Se sonó los mocos.

Apreté los dientes, intentando calmarme.

—¡¿Pre... precioso?! —dijo Anya aún más nerviosa. Me miró—. Es... es que... recrear una boda... No sé...

—Pero no será para tanto —dijo Lockridge—. Solo tendréis que prepararos los votos matrimoniales y ya.

—¿Vo... votos matrimoniales? —preguntó Anya más nerviosa.

Becky sonrió discretamente.

—Sí, y también... —esbozó una sonrisita— un besito —dijo en un susurro.

Se me paró el corazón.

—¡¿BE... BESITO?! —exclamó Anya.

Ken, Ewen y Emile se rieron discretamente y yo les lancé una mirada asesina para que se callaran.

—Sí, por supuesto —contestó Becky—. Es una boda. Hay que hacerlo lo más realista posible, para que así, Ken esté lo más preparado posible para salvar a su amorcito. —Anya desvió la mirada, dubitativa—. ¿Acaso... no quieres ayudar a Ken?

—Sí, claro que quiero —respondió ella enseguida.

—¡Pues listo! ¡Lo prepararemos todo para hacerlo lo más pronto posible! —dijo Becky emocionada.

Anya se llevó un mano a la boca, todavía sin haberlo asimilado del todo.

Yo también estaba muy nervioso, pero lo podía ocultar mejor que ella.

Becky y Emile se dirigieron hacia las escaleras.

—¡Ey, ¿adónde vais?! —les llamé.

—Vamos a investigar lo que podemos tomar prestado para la boda, jefe —contestó Emile.

Pestañeé varias veces.

—¡¿Pero cómo se os ocurre hacer eso?! ¡Estamos en la casa de Mira! ¡Os pillarán enseguida!

Emile suspiró.

—Yo iré con ellos, jefe —dijo Ewen—, y me aseguraré de que no se metan en problemas.

Y se fueron.

Cerraron la puerta de las escaleras y yo suspiré pesadamente.

Miré alrededor.

—Por cierto, ¿qué es este sitio? —pregunté caminando por el sótano.

Lockridge alzó la mirada y también le echó un vistazo a los alrededores.

—Parecen... habitaciones... —dijo Anya mirando por otra parte—. Quizás aquí es donde duermen los sirvientes y mayordomos de la mansión.

Me acerqué a ella y encendí la luz del cuarto en el que estaba.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora