Capítulo 89

2.6K 236 100
                                    

NARRA ANYA

Sabía que me estaba comportando de manera muy rara, pero no lo podía evitar. Nunca antes me había puesto tan nerviosa a causa de... nadie. ¿Qué me estaba pasando? ¿Y por qué me pasaba esto solo cuando estaba cerca de... Damian?

«¿Tendrá algo que ver con lo que pasó... anoche?», me pregunté y volví a recordarlo:

—Anya..., dijiste que... una de las cosas que más admirabas de mí era que nunca rompía mis promesas. Así que... prometo que lograré que te quedes.

«¿Por qué no dejo de pensar en eso? El Segundo solo me dijo eso para tranquilizarme y...», intenté convencerme a mí misma.

—Sí, así es..., sin embargo, eres su padre y debe entenderlo... —le escuchamos Damian y yo a Donovan nada más llegar a casa. Eso hizo que dejara de pensar en mis cosas y me centrara en la conversación—, señor Forger.

Eché un jadeo, estupefacta.

«¿Papá? ¿Están... hablando con mi padre...?», me pregunté y vi que Damian estaba igual de sorprendido que yo.

Damian iba a intervenir, pero yo le agarré de la mano para que no lo hiciera, puesto que le escuché a mi padre pensar lo siguiente:

«¡Estoy harto! Esta familia es peor de lo que pensaba. ¡¿En qué momento acepté la misión de "Acercarme a Desmond"?! ¡Que lo hubiera hecho otro! Sin lugar a dudas, nunca debí haber aceptado esta misión».

«¿Qué le pasa? No parece el de siempre...», pensé y me escondí detrás de una pared mientras Damian me observaba en silencio sin entender nada.

«Primero, está ella: Melinda Desmond, la esposa de Donovan Desmond, quien, por alguna razón, acabó amistándose demasiado con Yor. La conocí en persona por primera vez un día de Navidad junto a su hijo mayor, Demetrius. Es una mujer muy carismática y amable con los que la rodean, pero no hace más que fingir. Es evidente que lo hace para dar buena imagen al apellido Desmond. Si no fuera así, ¿por qué razón habría puesto a mi hija en peligro en más de una ocasión? ¡¿Para qué son una de las familias más adineradas del país si no son capaces ni de afrontar peligros como secuestros, intentos de asesinatos o fugas de casa durante un fin de semana entero?! ¡Está claro que no se puede confiar en ella!», pensaba él.

Yo seguía sin moverme del sitio.

«Luego está Donovan Desmond, la figura principal de los Desmond. Acabó llevándose muy bien con Anya cuando era pequeña, pero eso no quiso decir absolutamente nada, puesto que está claro que fue un simple engaño. Donovan en ningún momento fue una persona de la que todos tendrían que confiar. Fue despiadado con sus hijos, los maltrató, los encerraba en sus cuartos por cualquier insignificancia que hicieran y los obligaba a estudiar día y noche sin parar. Personas como él nunca cambian. Es más, empeoran. Así que no me extrañaría que hubiera fingido ser otra persona cuando estaba cerca de Anya. Estoy seguro de que lo hacía para que Anya no se asustara. Seguro que Melinda quiso empezar a vivir con ellos para evitar eso: que Donovan volviera a convertirse en esa persona fría y tétrica que años atrás fue», siguió pensando.

Cerré los ojos, implorando que parara.

«A continuación está Demetrius Desmond, el hijo mayor y el más responsable (según lo que dice la gente). Ugh... ¡No es más que un hombre chistoso y un engreído! No hace más que presumir de ser un estudiante imperial, pero lo que la gente no sabe es lo que de pequeño tuvo que sufrir con los regaños de su padre nada más divorciarse. Y eso también le tuvo que afectar en algo: en su personalidad. Y lo sé de sobra. Lo supe la primera vez que le conocí: en aquella Navidad en la que paseaba junto a su madre por las calles de Berlint. Empezamos a hablar sobre Anya y sus compañeros cuando mencionó a Ken. Me mintió. Me mintió acerca de una enfermedad que Ken tenía, la cual supuestamente le dejaría sin vida en menos de un año. Sabía que era un mentiroso, pero no me esperaba que fuera tan malo engañando. ¿Acaso pretendía burlarse de él? Qué persona más detestable. Ojalá no volver a verle la cara nunca más...», seguía pensando.

Tenía ganas de llorar.

«Y por último, pero no menos importante, el degenerado número uno: Damian Desmond... Ugh... Menos mal que no está en esta reunión, porque si lo estuviera, estoy seguro de que no aguantaría en este sitio mucho más tiempo. Lo supe desde que lo vi por primera vez: es como su padre... No, mucho peor. Un maldito pervertido y degenerado número uno de mi lista de personas degeneradas. Está claro que ha tenido segundas intenciones con mi hija. No hay más que verlo. Solo babea cuando está cerca de ella. Nunca debí haberla dejado venir aquí y mucho menos vivir con ellos. Yor sigue siendo demasiado ingenua. Intentó arreglar las cosas, pero solo consiguió poner la vida de nuestra hija en peligro en más de una ocasión. Cometimos un error y juro que no se volverá a repetir», pensó él mientras echaba un suspiro. «Anya no volverá a juntarse con esta familia nunca más».

Nada más escucha eso, mi cara se palideció considerablemente.

«¿Qué...?», pensé, atemorizada, mientras me sujetaba a algo para no caerme. «¿Qu... qué... le pa... pasa?».

Miré a Damian con terror, quien se acercó a mí para agarrarme y no caerme.

Mi padre odiaba con toda su alma a los Desmond. Y yo no podía hacer nada. Jamás iba a volver a verlos...

—No. Como he dicho, Anya no seguirá viviendo con vosotros —respondió mi padre a Donovan—. Es decisión mía y de Yor. No os damos el permiso, así que, sin nada más que decir...

—¡Por favor, déjenos explicarte una última cosa, señor For...! —intentó decir Melinda.

—No —le interrumpió mi padre—. Me habéis oído perfectamente. Anya es MI hija, y Yor y yo decidimos lo que es mejor para ella y, sin lugar a dudas, esto no lo es.

Se levantó y mamá hizo lo mismo.

Sentía cómo las lágrimas caían de mis mejillas.

Me solté del agarre de Damian y salí corriendo de la mansión antes de que alguno de mis padres me viese.

Me escondí en el jardín y no dejé de llorar. Solo quería que este mal rato terminara de una maldita vez. Solo quería convencerle a mi padre de que la familia Desmond no era quien él creía que era. Pero... ¿cómo iba yo (su hija de trece años) a ser capaz de abrirle los ojos a mi padre (uno de los mejores espías y un profesional a la hora de cumplir sus misiones por el bien de la paz mundial)?

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora