Capítulo 18

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NARRA ANYA

—Ken, tu casa es gigante —dije.

—La mía lo es más —presumió Damian discretamente.

Ken le miró y sonrió.

—Sí, claro... —contestó Ken.

Damian se puso nervioso.

«¿Por qué he dicho eso?», se preguntó.

Anduvimos un poco por la casa hasta encontrarnos con lo que no nos esperábamos para nada.

—¿Mira? —pregunté al verla.

—¡Uy, hola! —saludó ella felizmente.

«¿Qué hace ella aquí? Pensaba que habíamos sido los primeros en llegar. Después de todo, hemos llegado antes de la hora acordada», pensé.

—¿Mira, hace cuánto has llegado? —le preguntó Damian—. No me habías dicho nada...

—Uh..., eh... Llegué unos minutos antes que vosotros. Pensé que habíamos quedado a esa hora... Qué despiste, je, je —explicó ella torpemente.

Ken estaba más nervioso de lo normal.

Se creó un silencio incómodo bastante largo.

—¡Llegamos! —exclamó alguien entrando por la puerta.

—Llegáis 10 minutos tarde —les dijo Damian, malhumorado.

«¿Tanto?», me pregunté.

—Ups... Sorry —se disculpó Becky.

—No os preocupéis —les dijo Ken.

—¡Jefe, buenas tardes! —se saludaron Ewen y Emile con Damian.

Mientras tanto, Mira se acercó adonde mí y Becky.

—Hola, Anya. No te he saludado —me dijo ella dándome un abrazo.

—Sí, hola... Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos —dije.

—Es verdad. ¿Por qué no fuiste con nosotras a comprar el regalo de Ken? —preguntó Becky.

—Ah..., es que... estaba ocupada. Además, ya le... había comprado uno... antes —dijo nerviosa.

Miré a Becky. Sospechaba de que algo raro le estaba pasando a Mira.

Durante los próximos minutos, estuvimos charlando los seis mientras comíamos aperitivos y cantábamos "Feliz cumpleaños" a Ken.

—Ugh... Me estoy haciendo mayor. Qué horror —bromeaba mientras bebía un poco de zumo.

—¿Qué bebes? —le preguntó Damian directamente.

Todos le miramos sorprendidos.

—Escucha, Dami. Entiendo que te preocupes de lo que bebes con nosotros en tu casa dado que tu padre es igual de aguafiestas que tú. En serio que lo entiendo. —Damian bufó—. Pero esta es MI casa y MI cumpleaños, lo cual quiere decir que voy a hacer lo que me dé la gana, así que si quiero beber, beberé lo que yo quiera.

«No soy un aguafiestas», pensó Damian de brazos cruzados. «Y solo me he preocupado como buen amigo que soy, no hacía falta que se pusiera así...».

Damian puso los ojos en blanco y yo sonreí.

Becky lo celebró y puso música para empezar a bailar.

—¡Un brindis por el cumpleañero! —pidió Ewen, levantando su bebida.

—¡Chinchín! —dije, juntando mi bebida con las del resto.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora