Capítulo 59

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NARRA ANYA

El escenario estaba listo, las luces estaban encendidas y los decorativos ya estaban preparados. Solo faltaba el público.

Mientras tanto, estaba releyéndome el guion. Me lo sabía bien, pero a causa de mis nervios, necesitaba repasármelo.

—¡Anya!

Me giré y vi a Mira ya preparada completamente.

—Vaya, hola —la saludé—. Te ves muy linda como Dalia.

—Gracias, aunque tú lo estás mucho más. El peinado te queda perfecto.

Eché una risilla.

—Son extensiones porque Anya tiene el pelo corto —le expliqué.

—Pues te queda muy bien. Pareces una princesa de verdad —me halagó.

—¿Lo dices en serio? —pregunté emocionada y Mira asintió.

—¡Anya, qué linda te ves! —me dijo Becky.

—Becky —dije sonriéndole.

—Cierto, cierto —dijo Emile, haciéndole caso a Becky.

—Je, je, ahora tenéis que hacerle caso a vuestra princesa. Traedme maní —dije como broma.

—Aquí tienes —dijo alguien de repente detrás de mí, lanzándome el maní.

«¿El genio de la lámpara existe de verdad?», me pregunté asombrada.

Me di la vuelta, pero tan solo se trataba de Damian.

—No te había visto —dije todavía atónita—. ¿Tienes poderes para traerme todo el maní que quiera?

Damian puso los ojos en blanco y cruzó los brazos.

—Ya quisieras —respondió y se fue a otra parte, en dirección a los baños.

Me volví hacia mis amigos y vi que me observaban fijamente.

—¿Desde cuándo Dami es tu sirviente? —preguntó Becky bromeando.

—Desde nunca...

—Pues ahora parece que lo es... —dijo Ken apareciendo de repente.

—No creo...

—¡Empezaremos en 15 minutos! —anunció Henderson—. Los espectadores van a entrar enseguida.

—Anya se está poniendo nerviosa... —admití.

—No tengas miedo. Lo harás genial —me dijeron mis amigos.

—Pero no he preparado la actuación con el Segundo.

—Lo haréis bien. Dami es muy listo. Se sabrá cada frase de memoria. Solo necesitas relajarte y te saldrá bien.

—Así es —dijo Damian apareciendo nuevamente.

—Pensé que te habías ido al baño. Sí que eres rápido —comenté.

Damian cogió mi guion y se lo miró por encima.

—¿Pasa algo? —le pregunté.

«No tiene nada escrito en la escena del beso...», le escuché decir.

—¿Qué miras tanto, jefe? —le preguntó Emile a su lado.

—Nada. Una chorrada —respondió él, devolviéndome el guion.

«¿Al Segundo le asusta esa escena?», me pregunté. «Ahora que lo pienso... ¡Chi chi y ha ha estarán viéndome! ¡Como me vean besarle al Segundo...!».

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora