Capítulo 12

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NARRA ANYA

—Está confirmado... Están saliendo... ¡Están saliendo de verdad! —susurraban.

—Esto... debe de ser una broma...

—Quién lo habría dicho...

«Anya no entiende lo que está pasando» pensé confusa escuchando las mentes de algunos alumnos por puro chisme.

—¡Aaaah! ¡Esto está siendo demasiado romántico! —decía Becky a mi lado, celebrándolo.

—Vaya pues, a fin de cuentas, lo vuestro sí que está confirmado. Te felicito —me dijo Ken cerca—. Ojalá vuestra relación perdure.

«Sigo demasiado confundida... Anya necesita comer para recargar energías» seguía pensando.

—Esto... esto... —dijo de repente el profesor Henderson de manera melancólica, extremadamente exagerada y con un pañuelo pasándoselo por los ojos— ¡esto es muy lindo!

«¿Dónde quedó lo de "elegante"?» me pregunté.

—No... no hace falta celebrarlo... ¿Podemos continuar con la clase? —dijo Damian incómodo, intentando hacer que nos olvidáramos del tema.

—¡Elegante! ¡Desmond se preocupa por los estudios más que por su relación! ¡Elegante! —exclamó.

«Ya volvió lo "elegante"» pensé.

Damian se dirigió a su asiento, y la clase comenzó.

~~~

Becky no dejaba de hablarme de lo mismo mientras almorzábamos.

—¡Esto está siendo mucho más romántico que en el cómic! ¡Ojalá un chico guapo y amable me hiciese algo así! —fantaseaba Becky.

«Espero que no sea chi chi» pensé comiendo.

—Sigo sin poder creérmelo —seguía diciendo—. ¿Cómo es que empezasteis a salir de la nada? Eso de que Damian y tú empezarais vuestra relación de repente y nos lo contarais sin más me parece poco creíble. Pensaba que solo querías ser su amiga. ¿Ocurrió algo más en la enfermería?

«Lo mejor es que no sepa que todo esto es una mentira» pensé.

—Muchas cosas —me limité a contestar.

—¿Muchas... cosas? —repitió ella estupefacta—. ¿Puedes ser más específica?

Me quedé pensando en el cómic de Becky. Ahí la chica y el chico antes de acabar juntos se confesaron sus sentimientos.

«Lo mejor sería decirle lo mismo que pasó en el cómic. No creo que lo note» pensé.

—Nos confeshamos los sentimientos —respondí mientras comía.

—¡¿Qué sentimientos?! ¡Nunca me dijiste que te gustaba Damian! —Becky jadeó—. ¡No me digas más! ¡Me lo has estado ocultando! ¡Todos esos momentos en los que espiabas a Damian... era porque te gustaba! —Alcé una ceja recordando esos momentos—. ¡En un momento lo pensé...! ¡Y después de todo era verdad!

Becky me miró emocionada. Yo la miré y asentí repetidamente.

«Pensaba que sería más difícil continuar con esta farsa, pero acabó siendo demasiado sencillo» pensé.

Becky apoyó los codos en la mesa y me siguió mirando.

—Y dime... ¿Cómo fue? —Me quedé sin palabras—. ¿Damian cómo se te confesó?

—Umm... eh... uh... ¡Me escribió un poema! —dije de repente sin pensármelo.

—¡AAAAAHHH! ¡Eso sí que es romántico! ¡Ojalá a mí algún día me hagan lo mismo...!

«Lo he dicho porque en el cómic ocurría eso..., pero, al parecer, Becky no se ha dado cuenta...» pensé.

—¡¿Qué es este alboroto?! ¡Estamos en el comedor, no en una discoteca! —se quejaron Ewen y Emile junto a Damian.

«Oh, oh» pensé.

—¡No estamos haciendo ruido! —les dijo Becky.

—¡Se os oía desde la otra punta del colegio!

Mientras se peleaban, miré a Damian y vi que me estaba observando fijamente.

Decidí leer lo que pensaba:

«Sigue estando muy linda... ¡No pienses estas cosas, Damian! ¡No ahora!».

«Sigo sin entender al Segundo...» pensé suspirando.

Becky, Emile, Ewen y Damian escucharon mi suspiro y se callaron de repente.

Becky nos miró a Damian y a mí y sonrió pícaramente.

—¿Qué pasa? —le preguntó Emile a Becky.

—Hay que dejarlos solos, son pareja y necesitan privacidad. Solo estamos estorbando —les susurró Becky, empujando a los amigos de Damian y alejándose de nosotros.

«En realidad... no» pensé. «¿Por qué querríamos estar solos? Y ellos... no estorbaban».

Damian miró alrededor ya que habíamos armado un alboroto.

—Siéntate —le dije fingiendo ser educada.

Damian hizo una mueca y se sentó en frente de mí.

«Esto es demasiado incómodo... Sobre todo cuando nos está observando medio colegio» pensó él.

—Segundo... —le susurré a Damian—, tengo algo que decirte.

«Incluso se susurran... ¡Qué pareja más particular!» escuchaba a la gente pensar.

—Que sea rápido e importante —dijo cortante.

—Le he dicho a Becky varias mentiras y se las ha creído...

—¿Qué? —me preguntó con una mirada asesina—. ¿Qué le has dicho exactamente, enana?

—Que... en realidad confeshamos nuestros sentimientos mientras estábamos en la enfermería y que... —Damian hizo un gesto como si le hubiera dado un infarto— tú me los confesaste mediante un poema romántico —volvió a hacer el gesto—. ¿Segundo, te estás muriendo? —le pregunté, preocupada, al verle la cara roja y pálida a la vez.

—Anya... —me decía todavía susurrando y con los ojos cerrados, intentando calmarse—, ¿no crees que esto está yendo demasiado lejos?

Abrí los ojos atónita.

—No.

—¿Que no? —dijo él—. ¿Por qué piensas que no?

—Porque ahora... me consideras tu novia.

Damian echó un jadeo, echándose para atrás de la sorpresa.

«¿He dicho algo raro?» pensé.

Damian se tapó la cara.

—¿Pero qué estás diciendo? Ese era parte del trato.

—Anya en ningún momento pensó que sería su novia. Solo que estaríamos juntos, saliendo. —Lo miré fijamente.

«Pero, gracias a eso, ahora el plan B podría ir por un mejor camino», pensé orgullosa de mi plan.

Damian tragó saliva.

—¡Como sea! Solo contrólate un poco, ¡¿vale?! —me dijo susurrando y se fue.

«¡Qué molesta y tierna enana es!» le escuché decir.

«¿Molesta y tierna? ¿Eso quiere decir que somos amigos?» pensé.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora