Capítulo 22

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NARRA DAMIAN

—Ey, no te he visto venir con mi cuñadita. ¿Sigue de juerga? —me dijo de repente. Suspiré y bajé la cabeza—. Uy, parece grave. Anda, ven y hablemos en mi cuarto.

Hice lo que me dijo y me senté en su cama, totalmente deprimido.

—¡No te sientes ahí! ¡Es mi cama! —Me echó.

Sin decir nada, me senté en un sillón. Me miró intentando leerme mente.

—Uff..., esto es más grave de lo que pensaba. ¿No habrás hecho una tontería, verdad? —me preguntó, masticando un chicle.

—Demetrius, he hecho algo peor que una tontería: he hecho algo despreciable —dije con un tono dramático.

Él rodó los ojos y suspiró.

—¿Qué has hecho?

—Yo... —me llevé la mano a la boca mientras me iba sonrojando lentamente— no... no puedo decirlo...

—Me estoy preocupando... —murmuró viendo mi cara enrojecida.

Mi cuerpo empezó a temblar.

—Yo... —susurré— besé a Anya...

—No te oigo... —me dijo acercando su oído.

—Besé... a Anya —repetí.

—¡¿QUÉÉÉ?! —gritó, casi rompiendo mi tímpano.

Incluso se le cayó el chicle de la boca.

—Auch..., mi oído —me quejé.

Los ojos de Demetrius fueron ampliándose poco a poco.

—¡POR FIIIN! —gritó lleno de felicidad—. ¡YA ERA HORA!

Estaba como un tomate.

—Demetrius, esto es algo serio. ¡Nunca... nunca debió suceder! Jamás debí besarla —dije seriamente.

Él se acercó a mi cara e hizo un globo de aire con el chicle.

—¡Deja de hacer guarrerías y tómatelo en serio de una vez! —dije.

—Hermanito, ¿cómo quieres que me tome esto "en serio"? ¡Después de diez años...!

—Han sido menos —corregí.

—¡...has besado a mi cuñadita! ¡Mi queridísima y adorable cuñadita! ¡¿Crees que voy a hacer caso a esa tontería que has dicho de "nunca debió suceder"?! ¡Anda ya!

Suspiré profundamente.

—Qué buen actor eres —dije de repente.

—¿Qué? —me preguntó vacilón.

—¡Sabías perfectamente que Anya y yo no estábamos juntos y, aun así, seguiste con el tema hasta hacerles creer a papá y mamá todo ese rollo!

—Es que era muy gracioso veros tan nerviosos. Además, mi preciosa y adorable cuñadita estaba superlinda abrazándote por detrás —dijo.

Empecé a enfadarme demasiado con él.

—Demetrius, te lo repetiré una última vez: no fue nada gracioso. —Me harté—. Papá, mamá y tú nos hicisteis pasar el momento más vergonzoso de nuestras vidas. Con eso lograsteis que Anya no quisiera hablarme durante días, ¡¿me oíste?!

—No te lo tomes así... —dijo suspirando—. No fue para tanto. Además, andaba borracho. —Puse los ojos en blanco—. Y no deberías quejarte. Os besasteis gracias a mí. Deberías agradecérmelo. Acéptalo, hermanito: mi cuñadita se enamoró de ti.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora