Capítulo 10

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NARRA DAMIAN

-Segundo... Segundo... -escuchaba en mis sueños.

Era un nombre que por alguna razón Anya decidió ponerme. Al principio, no me convencía, sin embargo, acabé acostumbrándome a ello. Era un apodo que tan solo ella me había puesto. Ojalá siguiera llamándome así para siempre... Me hacía sentir como si fuera alguien especial para ella.

-¡Ya hemos llegado! ¡Despierta! -me gritó alguien en mi oído derecho.

Eché un grito de susto y me levanté de inmediato. Miré a todos lados y vi que habíamos llegado.

-Casi me das un susto de muerte -le dije a mi hermano.

Giré la cabeza y vi que Anya ya estaba despierta. ¿Estaría esperando a que yo me despertara?

Bajamos todos del autobús y dejamos que mamá nos indicara el camino a la playa.

Mientras caminaba, me ponía cada vez más nervioso porque Anya estaba a mi lado y podía leerme la mente en cualquier momento. Era un desafío para mí.

-Ya casi estamos. Hay que girar esa rotonda y llegaremos enseguida -nos indicó mamá.

-¿Estás segura de que no nos perderemos? -bromeó Demetrius.

A mi lado escuché a Anya reír.

Demetrius le guiñó un ojo, haciendo que yo le fulminara con la mirada. Él, al verme hacer eso, me sacó la lengua.

-Qué bromista eres, Demetrius -dijo mamá-. Mirad, ya se ve el mar.

Todos nos volvimos hacia esa dirección y nos sorprendimos al ver el mar. Muy pocas veces podíamos verlo, ya que Berlint no estaba en la costa.

-Qué hermoso... -opinó Anya entusiasmada-. ¡Ya quiero jugar al vóley en la playa!

Sonreí discretamente sin que se diera cuenta, pero, desafortunadamente, el pesado de mi hermano sí que me vio.

-¿Qué? ¿Vas a jugar con ella? -me preguntó al oído.

Le di un empujoncito para que se apartara.

-Deja de molestar -le dije cansado de sus tonterías.

-Ey, yo creo que nos lo pasaríamos bien los tres -dijo él alcanzándome.

-¿Los tres? ¿De repente tú también quieres jugar?

-Bueno, si prefieres jugar al vóley tú sólo con ella, por mí no hay ningún problema. -Me sonrojé hasta las orejas-. Aunque me duele que me excluyas... -murmuró.

-¡Claro que no! -dije al imaginarme a los dos jugando al vóley a solas-. Obviamente no prefiero eso... -dije dubitativo.

-Me lo esperaba. ¿Quién no quiere jugar sin mí yo siendo el experto jugando al vóley?

Le ignoré y seguí el camino hasta la playa.

Cuando llegamos, nos pusimos en un rincón y expandimos las toallas.

-Bien, ¿qué queréis hacer primero? -nos preguntó papá.

-A mí me da igual... -dijo Anya-. ¿Y vosotros? -nos preguntó.

-Eeh... -dije desprevenido sin poder dejar de mirarla.

-Damian y yo iremos al mar. Vosotros id a jugar al vóley de mientras -farfulló mi hermano, arrastrándome hasta ahí.

-¡Ey, ¿qué te pasa?! -le exclamé intentando zafarme de su agarre.

Demetrius se paró y me miró.

-¿Eres bueno jugando al vóley? -me preguntó de repente.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora