Léeme - Damian x Anya

Capítulo 28

NARRA LOID

Flashback

«Es el momento idóneo de salir esta tarde a investigar. Anya estará todo el día en el castillo y Yor irá a pasar sus Navidades junto a su hermano. Además, no he tenido mucho tiempo últimamente para investigar. Debo hacer progresos hoy» pensé.

—Vaya, mi hermano se enfermó —dijo Yor de repente, contestando a un mensaje en su móvil. —La miré sorprendido—. No podré pasar las Navidades con él... Es una pena. —Me miró preocupada—. ¿Tienes planes para hoy, Loid?

«Genial... Otro día sin hacer progresos. Todas esas horas que he estado invirtiendo esta semana para investigar no sirvieron para nada» pensé.

—No, no tengo planes —respondí con un poco de rabia.

—¿Y no te importaría si... salimos a pasear? —me preguntó.

—No...

«Sí» pensé. «¡No, Loid! ¡Todo por el bien de la misión! ¡Debes asegurar que la misión Strix también vaya por buen camino!».

—¡Perfecto! ¡Voy a vestirme!

La esperé pacientemente mientras se vestía. Pensé que tener un descanso en Navidad no me iba a ir mal después de todo.

Yor salió de su habitación y vi lo que llevaba puesto, lo cual fue bastante lindo.

—¿Me veo bien? —me preguntó sonriendo.

—Sí —dije sinceramente, alegrándola un poco más.

Salimos de casa a mediados del día. Las calles estaban repletas de gente y todos estaban comprando cosas de Navidad. Hacía tiempo que no sentía un ambiente tan navideño como este.

Yor era la que más disfrutaba de este ambiente, pues no hacía más que mirar a los escaparates, probar dulces que ofrecían unos sirvientes de cafeterías gratis, comprar la lotería de Navidad...

Llevábamos tanto tiempo paseando que empecé a pensar que esto estaba siendo una pérdida de tiempo. La única que se divertía era ella, lo cual hacía que mi estado de ánimo probablemente empezase a aburrirla a ella también.

Tenía la sensación de que la misión Strix estaba empeorando. Debía hacer algo.

—Yor —le dije y ella me miró atentamente.

—¡Oh, vaya, sois vosotros! —escuchamos a alguien decir de repente.

Nada más verla supe de quién se trataba: era Melinda Desmond.

—Oh, buenas tardes, Melinda. Hace tiempo que no nos veíamos —la saludó Yor amablemente.

Al lado de Melinda estaba Demetrius Desmond, el estudiante imperial más reconocido de Eden. Tendría unos diez años más que Damian Desmond. Es decir, que tenía diecisiete años aproximadamente.

—Buenas tardes, señora Desmond —la saludé yo también—. ¿Puedo llamarla de esa forma, verdad?

—Por supuesto, no se preocupe por eso —dijo ella tranquilamente—. Por lo que veo estabais dando un paseo. ¿Os parece bien que os acompañemos?

«Oh, no... Mi trabajo... Mi investigación...» pensé.

—Claro que sí. No hay ningún problema —les aseguré.

—Pero, mamá, tengo exá... —le dijo Demetrius a su madre preocupado.

—¡Ay, hijo! ¡No seas maleducado! —le exclamó Melinda.

«Debo aprovechar la ocasión. No puedo dejar ir a Demetrius sin antes preguntarle nada» pensé apresuradamente.

—Eres el hermano mayor de Damian, ¿cierto? —le pregunté.