Capítulo 27

3.4K 303 299
                                    

NARRA ANYA

Temblorosa, me di la vuelta. Abrí la boca al encontrármelo en frente de mí con el pelo mojado y con la mirada fija en mí.

«¿Por qué se ve tan...?», me pregunté, pero dejé de pensar enseguida.

—Demetrius, ¿para qué has entrado? ¿Vienes a hablarme de Anya o qué? —preguntó Damian sin haberme visto.

«¿De qué habla? ¿Cree que soy Deme? ¿Acaso no se da cuenta de que las luces están apagadas? ¿No las va a encender?», pensé atónita.

Las palabras no salían de mi boca. Estaba demasiado estupefacta.

—Bueno, como sea, tengo que ponerme las lentillas. ¿Puedes buscar por ahí? No veo nada y mucho menos sin luz... —me dijo dándose la vuelta y buscando por una zona del cuarto.

«Vaya, al parecer el Segundo es miope. No tenía ni idea», pensé buscando un interruptor para encender la luz.

—Es increíble. No las encuentro... —decía—. ¿Dónde las habré dejado? Sin ellas, no podré encender la luz y tampoco podré estudiar. ¡Tengo que empezar bien el curso! —Puse los ojos en blanco y suspiré—. Y espero que Anya también... Apuesto a que le seguirá pidiendo ayuda a Ken o a su exnovio, quién sabe. ¡Sé lo que estarás pensando ahora mismo, Demetrius! No deberías juzgarlo. Aún no conocemos a Luka del todo. Tenemos que conocerlo bien para luego saber cuán fiable es...

«¿Cuando Deme y el Segundo están solos hablan de estas cosas? ¿Hablan... de Luka y de mí?», pensé sonrojada. «No, seguro que no. Seguramente solo intentan conocer a Luka porque quieren hacerse su amigo...».

Me di la vuelta para seguir escuchando a Damian.

—A veces pienso que es el indicado para Anya, pero después de escucharle el mensaje que le mandó, no me gustó mucho la forma en la que le trató. Quizás solo sea muy... envidioso o, como tú dices, muy celoso; pero no puedo evitarlo. Solo quiero que Anya esté protegida y fuera de peligro...

Jadeé al escucharle decir eso. No me lo esperaba para nada.

«¿Se preocupa... tanto por mí?», me pregunté.

—¡Ah, por fin, las encontré! —dijo él, abriendo la caja para ponerse las lentillas.

«¡Oh, no, me va a descubrir!», pensé nerviosa sin saber qué hacer.

Se puso una lentilla y consiguió encender la luz del interruptor. Se dio la vuelta y me vio.

Me quedé paralizada. Nos mirábamos el uno al otro en silencio.

—Ugh..., genial, ahora, de repente, me estoy volviendo loco y te estoy viendo como Anya. Es que soy un lunático... —le escuché decir a Damian mientras se ponía la otra lentilla—. ¿Por qué me pasan a mi estas cosas? Debería ir al psicólogo...

Yo solo podía mirarle poniéndose las lentillas en silencio.

—Se... Segundo...

—Realmente me estoy volviendo loco. Ahora estoy escuchando la voz de Anya. Es increíble. —Se terminó de poner la segunda lentilla y se acercó a mí—. Guau, eres tan real...

Cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí dije:

—Segundo... —me sonrojé—, soy yo..., Anya... La verdadera... No soy tu imaginación... Escuché lo que dijiste... Lo siento... No debí hacerlo...

Damian abrió los ojos de par en par y se echó para atrás, asustado.

—¡¿QUÉÉÉ?! —exclamó—. ¡¿Anya, eres tú?! ¡¿Me has estado escuchando?!

Avergonzada, quise salir de la habitación.

—¡Lo siento, lo siento! —me disculpaba mientras me dirigía afuera.

—¡Espera! —Me agarró de la mano—. ¿Cuánto... has escuchado?

Lo vi rojo hasta el cuello.

—Pues... desde que me empezaste a llamar "Demetrius" —dije—. ¡Pero no pasa nada! ¡De verdad! ¡Ya lo he olvidado todo! —mentí queriendo irme.

—¡Espera! —Me volvió a detener—. Si has venido aquí, debe de haber sido por algo. No creo que hayas venido a...

—¡No, no, no! ¡Para nada! —No supe a qué quiso decir, pero lo negué de todas formas—. ¡Solo vine a por material escolar porque me hacía falta! —farfullé.

Damian suspiró.

—Pues... habérmelo pedido desde el principio... —murmuró avergonzado mientras buscaba lo que le pedí—. Aquí lo tienes.

Me sorprendí de la cantidad que tenía.

—¡¿Todo esto?! Solo necesitaba un boli... —dije bajito.

—Pues ahora tienes seis —me contestó.

Salí de la habitación.

—Gracias...

—Hasta luego —me interrumpió y cerró la puerta.

«Le ha tenido que molestar mucho que le haya escuchado a escondidas... ¡¿Cómo he podido quedarme quieta ahí sin decir ni hacer nada mientras él seguía hablando sobre mí y Luka?! ¡Debí haberle dicho desde un principio que era Anya! ¡Ahora solo he quedado como una imbécil y acosadora!», pensé.

~~~

NARRA DAMIAN

Mi corazón estaba acelerado. No podía tranquilizarme. Sobre todo, después de lo que pasó. ¡¿Cómo iba a relajarme?! ¡Anya literalmente podía haberme escuchado decir cosas mucho más vergonzosas sobre ella!

«Esto... esto tiene que terminar...», pensé aterrorizado. «¡No puedo seguir así! ¡Debo dejar de sentir estas cosas tan extrañas por ella! ¡Ella ama a Luka! ¡Lo ama! ¡No puedo interponerme en su relación! ¡No puedo ni debo hacerlo!».

Empecé a respirar con más calma para dejar de estar tan inquieto y recordé la última conversación que tuve con mi hermano:

—Yo... es que... no hago más que causarle problemas. Siento que... no soy más que... el niño inmaduro y estúpido que era hace siete años... No quiero... volver a verla sufrir por mi culpa... Además, ahora... tiene a Luka, quien... le cuidará mil veces... mejor que yo. Pienso que sería un acto muy egoísta pedirle que se quedara... aquí. Además, no tengo... ningún motivo para pedírselo...

—La cuestión es que... no te he preguntado eso. Solo te he preguntado si TÚ quieres que se vaya. Olvídate de Luka. Olvídate de los demás. Olvídate de lo que pensaría Anya. ¿Quieres que se vaya? ¿Quieres que Anya se vaya de tu vida para siempre?

Fue en ese momento cuando me di cuenta de algo:

—Yo... no quiero que Anya se vaya. No quiero... ¿Estoy... siendo egoísta?

—Para nada. Por primera vez, te has dado cuenta de que Anya no es una simple conocida para ti. Que es alguien mucho más especial de lo que pensabas. Y es por eso que debes decírselo. Haz lo que yo te aconsejé: olvídate de que Luka existe, olvídate de que Anya existe, solo ve adonde ella y díselo como si solo tú existieras y solo así descubrirás lo que sientes de verdad.

—¿Lo que... yo siento de verdad?

—Solo así sabrás lo que se esconde en tu corazón.

Eso fue lo que me dijo a un día antes de que Anya se fuera. Y lo que hasta hoy me ha hecho replantearme todo.

«Anya... es alguien más especial de lo que pensaba para mí», pensé.

Llegué a esa conclusión y esperaba... que no me trajese muchos problemas.

Léeme - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora