Lexa Woodward llevaba sentada en la misma posición en el sofá del apartamento de Roan desde que su visita a casa de Raven había terminado. Permanecía en silencio con los pies recogidos a un lado del sofá y apoyada junto a aquel brazo en el extremo con la mirada clavada en algún punto de la raída tela.
No había parado de darle vueltas a las palabras de Raven y ahora todos esos pensamientos vagaban sin control alguno por su mente sobrecogiéndola y haciéndola sentir aún peor de lo que ya se sentía antes de verse con ella.
Se había estado autoengañando.
Mintiéndose, y mintiéndole a él.
Habría querido estar enamorada de Roan más de lo que habría querido respirar pero había sido como intentar encajar una pieza cuadrada en un molde redondo. Sencillamente, no funcionaba.
No es que no quisiese a Roan, le quería. Verdaderamente quería a la persona que le había hecho las cosas tan fáciles durante todo ese tiempo, quería la imagen que él proyectaba de ella y la forma en la que su presencia a su alrededor la hacía sentir, es solo que se había dado cuenta de que aquello no era realmente amor. No la clase de amor que él merecía tener, y tampoco la clase de amor que ella podía ofrecerle en aquellos momentos de su vida.
No quería parecer una malagradecida, y tampoco quería que él creyese que le había estado utilizando aunque en parte aquello fuese del todo cierto pero ella tampoco le había prometido nada y él tampoco le había exigido por el momento.
Resultaba todo muy extraño pero sobretodo muy confuso para ella que desconocía la clase de relaciones "normales" que se suponía, debían tener como la que tenían tal vez Lincoln y Luna o como cualquier otros.
A Lexa le había ilusionado la manera en como Roan se había desvivido literalmente por ella aquellos primeros meses en el hospital, la forma en la que le brillaban los ojos cuando la miraba y la forma en la que la hacía sentirse capaz de vencer cualquier cosa que se le presentase de nuevo de por medio, pero era solo eso.
Una falsa ilusión.
No era invencible. No era irrompible, y también se quebraba ante la idea de decepcionar a otros, especialmente a él después de todo cuanto había hecho por ella. No sabía exactamente que se suponía que debía decirle o como debía actuar.
Su experiencia amorosa había empezado y terminado en Clarke, el resto tan solo habían sido encuentros fortuitos de una noche o simple conveniencia en un momento malo de necesidad así que en el tema de los sentimientos era tan inocente como una novata y carecía de total experiencia en esa cosa de los sentimientos de por medio.
A Clarke no había tenido que dejarla ella, más bien había sido todo lo contrario y aquello la había destrozado por dentro así que la idea de ser ella la responsable de que Roan pudiese sentirse de aquella forma por su culpa la mantenía en un limbo de inseguridad y de pena constante.
Quizás si se diese más tiempo podría intentar enamorarse del todo de él, puede que solo necesitase eso. Mucho más tiempo para darse la oportunidad y darle la oportunidad de poder ser feliz a su lado o eso le había dicho a Raven, pero ella le había explicado que así no funcionaban las cosas en el mundo real y que aquello solo sería prolongar su sufrimiento y la mentira.
Lexa se encontraba echa un lío y se sentía mal por como no se había detenido a pensar ni un solo instante en las consecuencias de sus acciones con Roan. Ella no pretendía engañarle de ninguna de las maneras ni mucho menos hacerle creer o vivir una mentira. Había ido sobreviviendo día a día, paso a paso con y sin su ayuda viviendo únicamente el momento y bastante le había costado ya el poder enfocarse en algo que no fuese simplemente aquel dolor que crecía dentro de ella y se alimentaba del mayor de sus tormentos, no.
Ella tan solo se había dejado arrastrar por la corriente y ahora iba a tener que tomar una decisión que sabía que le haría daño no solo a Roan si no a los dos. Una decisión de lo más equivocada a ojos de su mente porque creía que no merecía ninguna clase de amor y que Roan le había brindado mucho más que suficiente pero que la hacía sentirse incompleta e inmerecida casi del todo.
No sabía que debía hacer, y sobretodo no sabía como iba a reaccionar Roan ante aquello pero en el fondo tenía mucho miedo.
Miedo de perder a una de las personas más importantes de su vida, miedo de que Luna le reprochase o que Lincoln y Jackson se defraudase por aquella decisión suya y la juzgasen mal por hacer eso pero Raven tenía razón, ¿por qué seguir prolongando lo inevitable? ¿por qué seguir engañándose y engañándole? ¿por qué seguir sufriendo por algo que tenía remedio?
Roan que salía de la ducha en aquellos momentos con una toalla envuelta en la cintura y el cabello mojado, se paso la toalla por el pelo y sonrió nada más verla sentada allí aunque le preocupó encontrarla en la misma posición en la que la había dejado nada más llegar al apartamento.
La había encontrado rara y Lexa no le había querido decir donde había estado aquella tarde por lo que no había insistido creyendo que habría estado en casa de Luna o quizás en el hospital.
Yendo hacia la cómoda a sacar algo de ropa limpia le dio la espalda para comenzarse a vestir tras el roto panel que aún permanecía en pie dividiendo la estancia en dos, ignorando lo que Lexa pudiese estar pensando al otro lado de la tela.
Aún no lo sabía pero posiblemente aquella iba a convertirse en una de las peores noches de su vida.
Continuara...
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La Fugitiva. Nuevos Comienzos.
Fiksi PenggemarII Parte de La Fugitiva. Cuando la vida te golpea tanto y tan fuerte ya solo queda una cosa por hacer, una única cosa. Levantarse. Y a veces por muy difícil que te parezca no te queda otra que poder. Sufrimos, reímos, lloramos y sentimos con ellos...