Raven Reyes no podía estarse quieta, un angustioso hormigueo le subía por el estomago y le llegaba a las manos entumeciéndoselas por los nervios mientras se paseaba de un lado a otro en uno de los pasillos de la sala de Urgencias. Como en ocasiones anteriores había intentado llamar a Monty pero este había vuelto a ignorar sus llamadas por lo que no sabía a quien más avisar ya que no conocía a mucha más gente en la vida de Octavia.
Le parecía tan sorprendente que aquella noche misma se hubiese sincerado con ella y que ella le hubiese confiado algo tan personal después que le resultaba casi imposible el pensar en como había podido llegar a este punto.
Menos mal que había pensado en ir a verla porque no quería imaginar que hubiese pasado de no haber ido y de nadie haberla encontrado. Tan solo esperaba haberlo hecho a tiempo.
Le dolía el estomago y tenía algunas nauseas cuando pensaba en la forma en la que no se había percatado de entrada en el estado en el que se encontraba pero estaba tan emocionada de poder haber ido a verla y de poder compartir un rato con ella que simplemente no cayó en la cuenta de lo que allí ocurría.
No tenía idea del tiempo que había transcurrido desde que la ambulancia las trasladó pero a ella le parecía demasiado. Una entera eternidad.
Una vez más las puertas que daban al pasillo de emergencia y los familiares que se encontraban allí esperando saber de sus seres queridos, levantaron la mirada y gigaron las cabezas charlando en la sala de espera y sobre los bancos del pasillo.
—¿Familiares de Octavia Blake? —llamó un alto médico haciendo que Raven se volviese de inmediato acercándose rápidamente hacia él—. ¿Es usted familiar de la señorita Blake?
—Si, así es —contestó Raven casi de inmediato no queriendo darle muchas más explicaciones, tan solo centrada en una cosa—. ¿Ella está bien?
El médico la llevo a un lado mientras que la gente volvía a sus conversaciones y a lo suyo y reviso el informe de ultima hora que tenía delante.
—Si, tranquila. Ella se encuentra bien. Las pruebas toxicológicas no indican niveles propios de una sobredosis pero creemos que ha podido excederse a la hora de tomar algunos ansiolíticos de mas —le explicó él mirando luego a Raven a la cara—. ¿Sabe por qué se los han recetado? ¿si tiene problemas para dormir?
Raven que no quería traicionarla tampoco puso una cara al escucharle.
—Sé que ha tenido algunos problemas últimamente pero los está superando con ayuda, es posible que haya tenido unos días bastante difíciles y que por eso no esté durmiendo bien —la quiso disculpar Raven con preocupación—. ¿Pero seguro que está bien? Parecía realmente ida.
—Tenía muy baja la glucosa y los niveles de potasio así que dudo que haya estado comiendo en condiciones es posible que al tomar los ansiolíticos con el estomago vacío eso potenciase el efecto, tranquila, ocurre mucho más a menudo de lo que se cree. Le hemos administrado líquidos y también algo para dormir, estará un par de horas aquí en observación y si todo está bien, esta noche dormirá en casa.
Raven que se llevo la mano al pecho con sumo alivio y angustia al mismo tiempo se cubrió la cara temblorosa.
—Gracias al cielo.
—¿Quiere pasar con ella? Seguramente no se dará mucha cuenta de que está usted aquí pero creo que le vendrá bien ver una cara familiar cuando despierte —le sonrió un poco el hombre algo afable mirando hacia la puerta—. Por supuesto, alguien tendrá que quedarse con ella cuando le demos el alta al menos esta noche y la remitiremos a su doctor habitual por la mañana para que le haga un seguimiento.
—Si, claro, yo... yo me quedaré con ella —repuso Raven prácticamente de inmediato tan solo queriendo entrar ya a verla.
El medico que se apartó de la pared le hizo un gesto hacia la puerta para que le siguiese y volvió a entrar dentro esta vez junto a Raven. Pasaron por el pasillo lleno de cubículos blancos y cortinas que separaban unos de otros y al llegar donde se encontraba Octavia y verla profundamente dormida sobre la cama con la bata de hospital, Raven comenzó a temblar sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas pero esta vez de alivio y casi se derrumbo.
El medico que llevo la mano a su espalda trató de reconfortarla un poco.
—Tranquila, se pondrá bien. Solo necesita descansar un poco, le haré traer una silla —dijo él apartándose para ir a avisar a una de las enfermeras.
Raven que se acercó a la cama en cuanto estuvo a solas con ella escuchando el sonido de algunas máquinas a lo lejos, y las voces típicas de la gente y el personal que allí se encontraban tan solo se acercó a Octavia y le acarició dulcemente la cabeza antes de inclinarse a besar su frente cerrando los ojos mientras una lágrima se le escapaba.
—Por dios, que susto me has dado —susurró ella doliente observando su precioso rostro dormido y algo congestionado—. No vuelvas a hacer esto nunca, nunca. Quédate siempre a mi lado —le pidió Raven llevando la mano a la suya con un suave apretón sentido.
Esa clase de temor que había sentido al ver como Octavia casi podía desaparecer era algo que la había sobrecogido, un miedo atroz y distinto.
Octavia no podía hacer eso, no podía morirse ni volver a asustarla de aquella manera o Raven se moriría del disgusto.
Simplemente la necesitaba en su vida, la necesitaba y mucho.
Continuara...
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La Fugitiva. Nuevos Comienzos.
FanficII Parte de La Fugitiva. Cuando la vida te golpea tanto y tan fuerte ya solo queda una cosa por hacer, una única cosa. Levantarse. Y a veces por muy difícil que te parezca no te queda otra que poder. Sufrimos, reímos, lloramos y sentimos con ellos...