Luna Woodward continuaba mirando a su hermana Lexa desde el sofá donde se encontraba ahora un poco más incorporada con los ojos fijos puestos en la expresión evasiva de su cara.
Habría querido entender e interpretar mal aquellos ojos bajos puestos en el bolígrafo con el que jugaba distraídamente sentada sobre la cama o aquella expresión esquiva de su cara cuando le había hecho aquella pregunta tan clara. Pensar siquiera que Lexa aún pudiese sentir algo por Clarke Griffin, la persona que le había arruinado completamente la vida, la persona egoísta y ruin que la habría llevado a prisión y por ende a vivir durante dos años en el peor de los infiernos a Luna le resultaba completamente incomprensible.
Pero no necesitaba palabras por su parte, con aquella mirada suya, con aquella actitud afectada y arrepentida, Lexa habría contestado ya todo cuanto necesitaba saber ella.
—Tú sabes que sentir ese tipo de cosas por ella no está bien, ¿verdad, Lexa? —volvió a decir Luna deliberadamente en tono cauteloso viendo como Lexa asentía quedamente sin mirarla incapaz de darle una contestación con voz.
—¿Lexa? —insistió nuevamente Luna al no recibir una contundente respuesta suya ahora bastante preocupada.
Luna se llevó la mano a la espalda apoyándose del reposabrazos para poder levantarse e ir a sentarse a la cama frente a ella y en cuanto lo hizo, aquel dolor en su baja espalda ceso un poco ante el mullido colchón.
—Lexa, Clarke te hizo mucho daño —le recordó Luna lentamente alargando la mano para parar aquel juego con el bolígrafo y que Lexa le mirase—. Y lo peor de todo es que no cree que nada de todo esto que te ocurrió haya sido para tanto, ¿entiendes lo que te estoy diciendo?
Lexa trago lentamente justo antes de asentir cabizbaja.
—Clarke no te quiere Lexa, Clarke no te quiere —insistió Luna en tono seguro apretando ligeramente su mano en señal de animo—. Alguien que te quiere no te lastima de la forma en la que ella lo ha hecho, Lexa. Eso no es amor. Puede que lo sea aún por tu parte, cosa que no puedo llegar a entender pero eso no es amor. Si Clarke te quisiese tanto como tú a ella, no te habría traicionado de esa forma y mucho menos te hubiese hecho sentir tan y tan vacía. No se merece ni que la recuerdes, ni que pienses en ella, ni que le respires siquiera al lado.
—Lo sé... —respondió Lexa algo avergonzada y sincera sin mirarla.
—Entonces si lo sabes no te hagas esto a ti misma, hermana. Sé más fuerte de lo que lo ha sido jamás ella y demuestra que tienes amor propio, que ninguna Clarke y que ninguna otra persona van a poder más contigo ahora que estás empezando a salir de ese pozo sin fondo —insistió Luna lentamente al mirarla—. Yo sé que tú puedes hacerlo. Puedes salir adelante lejos de toda esa mierda. Porque si hay algo que no merece Clarke, es que aún ocupe espacio en tu corazón.
—Ya, ¿pero y si nada vuelve a ser ya como antes? —preguntó Lexa afectada aún.
—Si nada vuelve a ser como antes, Lexa, se volverá mejor —prometió Luna para que no desesperase llevando la mano a su rostro con ternura—. Es así como tiene que ser.
Lexa que levantó la vista por unos instantes simplemente cerro sus ojos y asintió. Era mucho más fácil razonarlo que sentirlo porque al hacerlo todo su mundo se desmoronaba con el recuerdo de lo que fue y lo que podría haber sido y jamás seguramente será.
Clarke lo había significado todo para ella desde hacía un tiempo y ahora seguía conservando un pequeño y frágil lugar en su corazón. Un corazón que había aprendido por las malas a que las apariencias engañan, a que el significado de las cosas siempre tiene un porque detrás y a que confiar en las personas que decían quererte no siempre era la mejor de las manera.
Por supuesto que en el fondo seguía sintiendo algo por Clarke aunque se negase a si misma a creerlo, aunque supiese que estaba mal y por ahora esos sentimientos se habían mantenido ocultos bajo toda una capa de hielo y autodesprecio.
No quería causarle ningún daño aunque sospechaba que a estas alturas era mejor no pensar en Clarke ni en nada de lo que le pasase. Debería ser mucho más indulgente pero hoy po hoy su corazón se hacía trizas si la recordaba traicionándola de algún modo.
Luna por su parte tan solo se inclinó abrazándola, haciéndola saber que aquello se le pasaría con el tiempo, que no estaba sola y que comprendía en parte como podía estar sintiéndolo aunque no estuviese de acuerdo con ello.
—Se te pasará... con el tiempo. Créeme que se te pasará, si. Lo hará, Lexa tú solo confía. Vendrán personas mejores, personas que sanaran tu corazón tal y como mereces, tú solo date tiempo y trata de seguir adelante, ella muy probablemente lo haya hecho ya sin ti.
Y Lexa confiaba en que aquello no fuese cierto pero lo era. Clarke en todo este tiempo habría estado siguiendo con su vida de lo más normal así que tampoco le extrañaría que le siguiese haciendo daño desde donde se encontraban. Lexa lo único que quería ahora mismo era poder estar en paz.
Lo único.
Continuara...
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La Fugitiva. Nuevos Comienzos.
FanficII Parte de La Fugitiva. Cuando la vida te golpea tanto y tan fuerte ya solo queda una cosa por hacer, una única cosa. Levantarse. Y a veces por muy difícil que te parezca no te queda otra que poder. Sufrimos, reímos, lloramos y sentimos con ellos...