61. Ocupado

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Niylah sintió la fría superficie de la puerta de los cubículos del baño sobre las desnudas nalgas cuando Monty busco nuevamente su boca presionando su cuerpo duramente contra el de ella que emitió un ahogado gemido cuando le sintió deslizar la mano por debajo de su muslo para levantárselo y facilitarle la entrada en tan estrecho espacio.

Fuera podían escuchar a algunas chicas charlando entre si y acicalándose mientras comentaban como estaba yendo su noche pero sencillamente les daba igual el que estuviesen.

Cuanto más desesperadamente la besaba Monty Green, más duramente le devolvía Niylah aquel beso mientras sus manos se aferraban con fuerza a su piel necesitando acariciarle ansiosamente bajo la camiseta queriendo arrancársela para que aquel molesto trozo de tela no se interpusiese entre ellos.

—Tengo que tocarte —había escuchado murmurar a Monty ávidamente en sus labios mientras se hundía tan profundamente en ella que las bisagras de la puerta temblaban en el bastidor haciendo que la espalda de Niylah se recargase contra la puerta.

Las cosas se habían vuelto sumamente candentes entre ellos en muy poco tiempo desde que aquellos chicos habían abandonado la mesa, y el deseo de poseerla se había hecho cada vez más latente en él.

Niylah jamás y nunca le había visto tan excitado como en aquellos momentos y estaba tan agradecida con la situación que había cedido a hacerlo allí mismo porque sabía que no llegarían siquiera al coche.

—Hazlo, tócame —replicó ella ahogadamente entre sus labios sintiendo a Monty bajar la mano por su cuerpo hasta acariciarla mientras la empotraba contra la puerta.

En cuanto Niylah cerro los ojos tuvo que reclinarse con la parte superior del vestido abierto y tuvo que elevar su mano por encima de la puerta aferrándose con los dedos a ella, empujando las caderas hacia Monty que la contempló fascinado mientras la embestía y la acariciaba por encima de su desnudo pecho hundiendo ahora la cara en su cuello como queriendo devorarla por completo.

—Oh dios —suspiro Niylah aferrándose con la otra mano de su hombro para sujetarse y no caer al suelo apoyada tan solo en la punta de su otro pie mientras Monty aún aferraba su muslo por debajo para mantenerla abierta hundiéndose en ella completamente entregado a su labor provocándole un placer tan enorme como el que hacía tiempo no experimentaba—. Monty... ¿cu... cuándo has aprendido a hacer esto?

—He tenido una maestra particular —le murmuró él acariciándole con la lengua el espacio que separaba sus pechos antes de atrapar uno de ellos inesperadamente con la lengua haciéndola elevar la voz y gemir más alto necesitando cubrirse la boca para que no les descubriesen.

Niylah que sabía que no se refería a ella se enfureció aún sabiendo que solo intentaba darle celos por lo que había ocurrido con aquellos chicos y le empujó hacia atrás haciendo tropezar sus pies con la taza antes de caer contra ella haciendo una mueca de dolor y emitiendo un quejido al sentir sus desnudas nalgas contra la tapa y el cuerpo de Niylah cayendo contra sus abiertas caderas.

—Ni de coña, no sabrías ni por donde empezar —le acusó ella subiéndose algo más el vestido para poder mover las caderas sobre él.

—Pregúntale —la picó él a propósito con una satisfecha sonrisa al verla así de celosa.

Niylah que estaba mucho más enfurecida por momentos llevo la mano a su cara apretándole las mejillas justo antes de capturar de nuevo su boca con ganas mientras se movía sobre él más ardientemente y le miraba a los ojos desafiándole con la mirada.

—Solo quieres cabrearme por lo de antes.

Monty que estaba más que seguro de que si lo estaba deslizó las manos por su desnudo trasero haciéndola moverse mucho más sobre él hundido completamente en ella y la escuchó jadear y gemir más necesitando cerrar los ojos para poder concentrarse bien en lo que estaba diciéndole.

—Y lo estoy consiguiendo, ¿verdad? —susurró Monty deslizando ahora la lengua por la desnuda piel de su cuello incitándola.

—Os podéis ir a la mierda, tú y tu profesora particular —le reprochó Niylah escuchando como alguien llamaba a la puerta fuera y como elevaba su entrecortada voz—. ¡Ocupado!

—¿Niylah? —escuchó preguntar desconcertada a Octavia al otro lado.

Niylah que estaba completamente entregada a la pasión abrió los ojos por completo asustada y miro de inmediato a Monty que también dio un respingo aún en metido en su interior. Al parecer alguien había avisado a seguridad por los ruidos que se escuchaban desde el interior del cubículo alertados de que pudiese ser algo más que una persona en estado de ebriedad.

Monty fue a abrir la boca pero Niylah se la cubrió con la mano de inmediato dándole una mirada excitada aún más por la situación y se balanceo sobre él mucho más lentamente y con mucho más control.

—¿Niylah, eres tú? —escuchó insistir a Octavia del otro lado acercando el oído a la puerta—. ¿Te encuentras bien?

Niylah que miro a Monty para que se mantuviese callado trató de concentrar sus energías en no hacer ruido mientras se movía sobre él aún cubriéndole la boca con la mano.

—Si, salgo... salgo enseguida. Algo ha debido sentarme mal en la cena.

Monty que la sintió moverse de aquella exquisita forma tuvo que jadear ahogadamente contra su mano mordiéndose el labio después para poderse controlar temblando bajo ella y aferro aún con mucha más fuerza su trasero movido por aquel ardiente deseo.

Octavia que le pareció escuchar un sonido ahogado supuso que estaría vomitando y se preocupó un poco por ella.

—¿Podrías ir a buscar a Monty y avisarle de que tardaré un poco en salir? —le gritó Niylah desde dentro escuchando más voces en el baño de lejos y la música colándose a través de la puerta al esta abrirse mirando directamente los ojos de Monty mientras llevaba la mano libre a su desnudo pecho acariciándose solo para él—. Díselo, por favor.

—Si, de acuerdo le buscaré —prometió Octavia antes de pasar entre las chicas del baño para salir de allí diciendo a sus chicos de seguridad que tan solo era una falsa alarma por si alguien volvía a dar aviso de ruidos.

Niylah que estaba de lo más excitada apartó la mano de la boca de Monty disfrutando completamente de verle así y se abrazo a su cuello colocando los pechos muy cerca de su cara mientras se arqueaba.

—¿Por donde íbamos?

Monty fue a murmurar algo pero Niylah presionó su pecho contra sus rostro haciendo un profundo movimiento de cadera.

—Ah, si. La profe... particular...

Continuara...

La Fugitiva. Nuevos Comienzos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora