Niylah estaba sacando algunos adornos de Halloween de una de las cajas que estaban apiladas en la mesa de la cocina mientras que Jared ayudaba a Monty a desenredar las blancas telas de unos fantasmas que se habían enredado entre si al permanecer tanto tiempo guardadas.
Noah que entraba por la puerta con la ultima caja no parecía demasiado contento por ser el único en cargarlas, y dio una miradita a Jared que reía mientras Monty utilizaba las manos de uno de los fantasmas para tratar de meterle miedo con una cara terrorífica que resultaba más graciosa que aterradora.
—¿Es la última? —quiso saber Niylah cuando vio a Noah dejarla caer junto a las otras.
—No encontré ninguna más en la buhardilla —le respondió Noah fijándose en las pequeñas calabazas, los murciélagos, los ornamentos en forma de bruja, las pomposas telas de araña y el resto de parafernalia que había reunido en la silla, en el suelo y en la mesa cogiendo un enredo de telas negras llenas de gusanos verdes y grises poniendo una cara—. Anda, mira Jared, la manta de cuando te encontramos en aquella caja de basura.
Niylah que le dio en el brazo viendo al niño reír tratando de esquivar a Monty que le hacía cosquillas con las manos del fantasma ajeno a las palabras de Noah al no poder escucharle, le dio una miradita a su hijo mayor.
—No le digas esas cosas a tu hermano.
—¿Por qué? —escucho mascullar a Noah de mala gana volviendo a dejar los adornos la tela en su sitio—. Tampoco es que pueda oírlas, ¿no?
Aquello le produjo una punzada de dolor a Niylah en el corazón que hizo que tuviese que apartar la mirada del niño.
Monty que volvió la cabeza en el instante en que escuchó aquello viendola así, abrió ligeramente la boca detuvo mientras que el niño ajeno a lo que ocurría seguía jugando con los adornos.
Noah que pareció darse cuenta poco segundos después de lo que acababa de decir estaba más fastidiado por ver a alguien que no fuese su padre jugar tan divertidamente con Jared que se sentía irritado y más que molesto por la situación y tan solo puso una cara.
—Será mejor que vaya a ver que encuentro en el sótano —dijo Noah pasando por detrás de Niylah para dirigirse hacia el niño agachándose frente a él antes de tocarle el hombro y mover las manos frente a su cara—. ¿Te vienes conmigo a buscar más cosas, Jared?
El niño sonrió al leer sus labios y ver sus manos y se puso en pie dando saltitos emocionado para ir con él.
—¡Si, claro! ¡vamos, yo primero! —sonrió el niño mientras le empujaba para apartarle y correr hacia el pasillo.
Noah que le dio una mirada a Monty más que satisfecho de haber conseguido que Noah dejase de jugar con él volvió la cabeza para disponerse a seguirle viendo al niño emocionado loco de contento por poder comenzar a decorar cuanto antes al igual que sus otros amigos.
Monty que pareció darse cuenta de aquello tan solo se puso en pie viendo como Noah le cogía de la mano para llevárselo de allí, y al volverse descubrió a Niylah con la mirada fija en ellos.
Monty que se la quedo viendo así se acercó a la mesa junto a ella para ayudarla a seguir con lo que estaban haciendo.
—Hey, Niylah no se lo tengas en cuenta, cariño —dijo acariciándole muy dulcemente el rostro antes de inclinarse a abrazarla intentando reconfortarla—. Estoy seguro de que no ha querido decir nada de eso, ya sabes como son los críos entre ellos.
Niylah que tan solo bajo la mirada a la caja sacando otro adorno más asintió intentando poner buena cara por él aunque la realidad es que la actitud de Noah empezaba a sobrepasarla.
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La Fugitiva. Nuevos Comienzos.
FanfictionII Parte de La Fugitiva. Cuando la vida te golpea tanto y tan fuerte ya solo queda una cosa por hacer, una única cosa. Levantarse. Y a veces por muy difícil que te parezca no te queda otra que poder. Sufrimos, reímos, lloramos y sentimos con ellos...