Octavia Blake despertó en la cama de su habitación con el edredón cubriéndola por encima del pecho y la bata de hospital aún puesta. No recordaba bien como había conseguido llegar hasta allí pero a su mente acudía vagamente la imagen de Raven Reyes sujetándola, conduciéndola y hablándole por la escalera y también en el coche de regreso.
Se sentía tan agotada aún y tan entumecida por las sensaciones que aquellas pastillas le habían propiciado que seguía sintiéndose como en una nube. Navegando entre ellas con calma.
Intentó abrir los ojos del todo aunque el sueño seguía invitándola a dormir unas pocas horas más pero cuando volvió a hacerlo notó una presencia muy cercana a ella sentada en una silla con el móvil en la mano leyendo distraídamente algunos artículos.
En cuanto Raven notó que despertaba se inclinó rápidamente hacia ella y soltó el móvil sobre la cama a su lado, acercando la mano a ella.
—Hey, ya estás despierta —murmuró Raven con una pequeña sonrisa de aliento fijándose en su confusa reacción—. No te haces una idea del susto que me has dado.
Los recuerdos de Octavia que se mezclaban tan solo la hicieron cerrar los ojos y sacudir ligeramente para desperezarse.
—¿Cómo he llegado hasta aquí?
—Te he traído yo, te han dado el alta hace casi unas horas, has estado durmiendo desde entonces —le recordó Raven acariciando su mano con cariño—. ¿Cómo te encuentras?
—Avergonzada —respondió Octavia tratando de apartar la mirada mientras sentía que aun se le iba un poco la cabeza—. Siento mucho que... que me hayas visto así.
—No te disculpes, no tienes porque, en serio entiendo que llega un momento en que es inevitable romperse —la quiso hacer entender Raven mirándola comprensiva—. Y el tuyo simplemente ha llegado.
Octavia que cerro los ojos tan solo sacudió la cabeza.
—No puedo seguir así. No... no puedo.
—No, no puedes Octavia. Necesitas ayuda —la secundó Raven bajando después la mirada al edredón—. Necesitas hablar con alguien de lo que os paso a tu madre y a ti, y necesitas hacerlo antes de que una de estas veces sea demasiado tarde. Sé que siempre es más fácil decirlo que hacerlo pero realmente lo necesitas o terminarás muy mal.
Octavia que tomo aire cerro los ojos y asintió a aquellas palabras suyas.
—No es la primera vez que intento recibirla, me había comprometido a ello con Monty y conmigo misma pero le he fallado.
Raven que escuchó el nombre de Monty se la quedo viendo unos instantes antes de jugar con una arruguita de la colcha.
—¿Puedo preguntarte algo?
Octavia asintió.
—¿Por qué no quisiste responder nunca a mis mensajes? —pregunto Raven con cierta cautela, Octavia la miro sin comprender bien de que hablaba—. Ya sabes, los que te deje con Monty para disculparme y que me llamases.
Octavia que la miro sin entender puso una cara al escucharla.
—Jamás recibí un mensaje tuyo, Monty no me menciono nada.
Raven que levantó la vista de lo más sorprendida por aquella revelación creyó simplemente que Octavia querría seguir sin saber nada de ella y que por eso habría terminado ignorando sus mensajes por lo que no supo que decir, y tan solo bajo la mirada algo insegura.
—Te los envíe porque quería disculparme contigo por lo injusta que sé que fui. No sabía nada de lo que te había ocurrido y no pude mirar más allá en ese momento, tan solo deseaba que me perdonases por la forma en la que me comporte contigo y después con él —se disculpó nuevamente Raven sintiéndose fatal por lo ocurrido en su momento.
ESTÁS LEYENDO
La Fugitiva. Nuevos Comienzos.
FanfictionII Parte de La Fugitiva. Cuando la vida te golpea tanto y tan fuerte ya solo queda una cosa por hacer, una única cosa. Levantarse. Y a veces por muy difícil que te parezca no te queda otra que poder. Sufrimos, reímos, lloramos y sentimos con ellos...