65. Provocaciones

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Los sibilinos y oscuros ojos de Ilian se movieron por el club encontrando a Octavia Blake no muy lejos en los reservados de la zona VIP y al hacerlo se dio cuenta inmediatamente en que la morena parecía muy concentrada en algo o en alguien más bien.

Sus ojos se deslizaron un par de metros más allá y descubrieron al objeto de aquella atención suya.

Ilian sonrió escondidamente.

Alta, cabello largo, ondulado en las puntas, castaña oscura, reflejos claros, piel bronceada, vestida inmaculadamente de blanco como un delicado y bello ángel o como un corderito a punto del sacrificio final. Absolutamente exquisita.

Toda una preciosidad.

Y por la forma en la que Octavia la miraba podía intuir perfectamente lo que le atraía.

Ilian se preguntó como sería estar con las dos en la cama, como sería volver a tener a Octavia bajo él o contra la pared. O como sería seducir a aquella encantadora chica a ojos suyos y hacerle las cosas que Octavia jamás se atrevería a hacerle frente a ella.

Sería tan divertido volver a ver aquella expresión herida en su cara, toda esa rabia latente recorriendo cada centímetro de su tersa piel, encendiendo esa inquina suya que la haría querer apretarle las cuerdas un poquito y que a él tanto le gustaría que lo hiciese que resistirse lo hacía casi más emocionante.

Ilian sonrió de anticipación cuando vio a Octavia darse la vuelta en la pista y chocar torpemente contra un chico como si de algún modo necesitase huir de esa situación y se llevo la copa a los labios saboreándola desde un extremo de la barra donde permanecía apoyado.

En su mente se sucedían toda clase de imágenes, de recuerdos vividos hacía tan solo unos pocos meses atrás y en el despacho de Octavia hacía tan solo unas pocas horas y notó como se endurecía libidinosamente bajo la apretada ropa y como se tensaban todos y cada uno de sus músculos totalmente preparados para la cacería.

Ilian se consideraba a si mismo un depredador nato.

De hecho, lo era.

Disfrutaba acechaba a sus posibles victimas, persiguiéndolas y acorralándolas hasta poder darles caza disfrutando de aquella sensación de poder que la cacería le producía.

Esa excitación, ese preámbulo solo podía ser superado cuando se cruzaba con otro cazador y entonces se producía algo que pocas veces experimentaba, se sentía sumamente desafiado.

Provocado.

Retado.

Rivalizar y competir, disputar, provocar, jugar, aferrarse a lo prohibido, a lo indigno y poder aún más corromperlo era algo que le estimulaba sobremanera, impulsándole a apostar incluso consigo mismo el poder llevar a cabo sus más pérfidos y viperinos planes.

Ilian sonrió viendo como Octavia pasaba por delante de la barra ignorando su sola presencia, un tanto afectada al ver a aquella chica sentada junto a Gina, una de las chicas de compañía en el club y se terminó el resto de la copa antes de separarse de la barra siguiéndola.

Octavia que caminaba entre la gente en dirección a las escaleras ni siquiera se percató pero la voz de Ilian se elevó por encima de la música tras ella.

—Muy guapa tu amiguita.

Octavia que se detuvo justo antes de alcanzar el arco de las escaleras cambió súbitamente su cara en el momento en que se volvió viendo a Ilian allí con una sátira sonrisa en su cara muy cerca de algunas pocas mesas más.

—Una autentica preciosidad, ¿no crees?

Octavia que en ese momento no estaba para juegos precisamente tan solo endureció su expresión clavando sus ojos en él. Ilian solo era la guinda del pastel que le faltaba ya a su noche y él parecía extremadamente satisfecho y complacido de serlo.

—¿Qué quieres, Ilian? —le pregunto Octavia de lo más cortante.

Los ojos le brillaron al sentir a Octavia tan cerca y sintió una especie de latigazo bajo el pantalón, deleitandose en aquellas llamas que desprendían sus ojos así que se atrevió a ir mucho más allá.

—¿No nos presentas?

Octavia que cambió la expresión de su cara dando un paso amenazante hacia él tomó a Ilian del cuello en un movimiento tan rápido e inesperado que incluso a él le sorprendió y le empujó bruscamente hacia atrás haciéndole chocar con fuerza la espalda contra la barra haciendo que las copas que habían vacías y medio llenas sobre ellas se rompiesen y cayesen del otro lado de la barra, en esta y contra el suelo rompiéndose.

Varias de las camareras, y de la gente que estaba cerca volvieron sus cabezas alertados por el ruido y algunos incluso palidecieron al ver como alguien se atrevía a tratar así al Discípulo y mucho más aún en el club.

Gina y Raven que charlaban y reían en la mesa también volvieron la cabeza a lo lejos al escuchar tan tremendo ruido entre la multitud y cambiaron la expresión de sus caras viéndose tan sorprendidas como el resto y aunque a Octavia le dio exactamente igual pudiesen verles o no parecía estar completamente cegada por la rabia y el odio que desprendía por Ilian y por lo que le sabía capaz de hacer. Tan solo de imaginar lo que alguien como él podría hacerle a alguien tan dulce como Raven hacía que le hirviese la sangre. Mucho más aún al recordar la clase de monstruos que él era.

Octavia que inclinó su cabeza contra la barra aún sujetando con fuerza la garganta de Ilian que mantenía la espalda curvada hacia atrás y la cabeza contra la superficie de la barra acercó los labios a su oído y el tono frío y amenazante que brotó de ella fue algo que esta vez a Ilian no le encendió, que temió.

—Si se te ocurre acercarte a ella, si se te ocurre mirarla siquiera, respirar a su lado, te juro por Dios, que iré a por ti como nadie se ha atrevido a ir nunca. Cavaré un hoyo y te enterraré vivo tan profundamente en el suelo que nadie, absolutamente nadie te escuchará gritar y morirás sepultado en tu propia mierda que es lo que te mereces, te lo puedo garantizar así que no se te ocurra volver a mencionarla jamás —le amenazó Octavia arrastrando lentamente las palabras como si quisiese asegurarse de que él las comprendiese bien, sintiendo a Ilian temblar bajo ella de pura contención creyéndola muy capaz en el fondo de poder hacerlo antes de que Octavia le soltase bruscamente con fuerza haciendo que un par de vasos más se rompiesen antes de darle una última mirada e irse en dirección a las escaleras.

Gina que alargó la mano hacia Raven reconociendo al chico que se incorporaba en la barra como al Discípulo, y a aquella chica como la nueva jefa de seguridad elevo sus cejas algo sorprendida llevándose la mano al pecho aún algo sobresaltada a lo lejos por al escena.

Raven que por su parte siguió con los ojos a Octavia hasta verla desaparecer por las escaleras miro tensamente a aquel chico que había reconocido de los monitores y al cual Octavia le había advertido que no se acercase y no supo bien a que venía nada de aquello pero solo había visto así de alterada a Octavia alguna que otra vez y no supo porque pero parecía sobrepasada por aquella situación.

Ilian que se llevo la mano al cuello y después a la nuca sintiendo algo de sangre por los cristales bajo la piel, vio a Denisse una de las camareras correr hacia él tras la barra asustada al verle así y llevando un par de servilletas para limpiarle tanto la sangre como el alcohol, y sacudirle los minúsculos cristales que habían saltado por todas partes.

Mucha gente cuchicheó pero pronto no tardaron en ir a lo suyo aunque algunas miradas permanecieron puestas disimuladamente en él y en las escaleras por las que se había ido Octavia.

Si, sin duda alguna esta vez Ilian había realizado sus cálculos mal.

La había creído mucho más débil de lo que en realidad era y esta vez se había columpiado con ella.

Quizás no debió recurrir a aquella táctica o quizás no debió recurrir a aquella intencionada provocación pero sin saberlo quizás Octavia había despertado un nuevo nivel de desafío en él.

Uno lleno de crueldad con el que sentirse fascinado.

Continuara...

La Fugitiva. Nuevos Comienzos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora