A pesar de las confusas ordenes del teniente Kane, Harper había contactado con un par de patrullas por radio y había enviado al menos dos coches y una ambulancia a casa de Niylah, después había llamado a Monty para pedirle que acudiese a comisaría pero no había querido darle el motivo por teléfono, tan solo le había dicho que le necesitaban urgentemente.
En aquel trabajo tampoco resultaba algo inusual recibir ese tipo de llamadas durante la noche pero una vez llegado, Harper le llevó a una sala aparte para contarle el verdadero motivo por el que estaba allí.
Monty había perdido los nervios nada más conocer la razón, y había querido ver a Niylah de inmediato apartando a Harper de en medio para ir a buscarla en cualquier lugar donde se pudiese encontrar.
La había encontrado en una de las salas médicas mientras que Becca Pramheda sacaba fotografías a su cuerpo para corroborar los posibles daños sufridos mientras la examinaba y la interrogaba sobre el suceso.
El teniente Kane había intentado hablar con Niylah a solas, le había suplicado que pensase en sus hijos y en lo que una denuncia así podría suponer para su padre y para ellos pero la decisión de Niylah había sido más firme que nunca porque en ellos precisamente era en quien estaba pensando al atreverse a hacerlo.
Kane había tratado de pedirle a Harper sutilmente que le sugiriese cambiar de opinión al respecto, que se podría solucionar de otra manera pero Harper había ignorado sus ordenes y tan solo había procurado llamar a la doctora Pramheda considerándola una de las mejores del cuerpo.
Hasta ahora Harper había desconocido muchas de las cosas de la vida de Niylah pero en su mente al verla así encajaban perfectamente todas y cada una de las piezas.
Su compañera estaba haciendo lo correcto, daba igual lo que Kane quisiera o la razón que se escondiese para actuar de aquella manera.
Niylah se había vuelto a enfrentar a él una segunda vez cuando la recomendación paso a ser más una súbita amenaza velada, y ella se mostro clara al respecto. Si no podía presentar la denuncia allí, acudiría a otra comisaría pero esta vez si que iba a hacerlo.
Richard había cruzado todos los límites atacándola de aquella manera físicamente, pero olvidaba que Niylah era policía y para nada contaba con que se defendiese. Pero lo había hecho.
Le había golpeado y golpeado en su defensa y había seguido haciéndolo hasta que las manos le dolieron, y después había acudido a comisaria tal y como debía haber hecho desde un primer momento.
Había tardado en reaccionar, si pero había tenido varias razones de peso al hacerlo. Ahora esas razones eran lo que la impulsaban a sacar la valentía que residía en ella y a plantarle cara de una vez por todas frente al mundo. No lo hacía por ella. Lo hacía por ellos.
Sus hijos merecían algo mejor.
Ellos no habían venido a este mundo para estar rodeados de esa clase de desprecio, acoso y violencia. Y ella no iba a seguir tolerando ni un segundo más que viviesen todo aquello.
Richard iba a pagar por lo que le había hecho.
Y no iba a tener ningún miramiento o contemplación.
Había rebasado por completo el vaso y la había obligado a sacar lo peor de ella sin quererlo.
Estaba segura de que él iba a denunciarla porque había salido mucho peor parado de lo que lo había hecho ella pero en cuanto analizasen las pruebas con detenimiento, cuando ella comenzase a dar detalles y pasase la evaluación psicológica sabía que Richard iba a tenerlo muy pero que muy complicado para ir en su contra.
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La Fugitiva. Nuevos Comienzos.
FanfictionII Parte de La Fugitiva. Cuando la vida te golpea tanto y tan fuerte ya solo queda una cosa por hacer, una única cosa. Levantarse. Y a veces por muy difícil que te parezca no te queda otra que poder. Sufrimos, reímos, lloramos y sentimos con ellos...