Ontari había estado llorando por un buen rato sentada en los escalones del porche delantero de la cabaña en la que Murphy y ella se alojaban por aquella noche. Le había costado darse cuenta de la vergonzosa y dolorosa realidad de su relación con Roan pero sobretodo que no existía tal relación con él.
Tan solo una necesidad humana.
Roan la había estado utilizando y deshechando el suficiente tiempo como para hacerla sentir que carecía de todo valor para él, y que quizás con el tiempo y el esfuerzo él la vería distinta pero ahora entendía que aquello no iba a ser así, nunca.
En cualquier otro momento o circunstancia de su vida ella se hubiese planteado el seguir intentandolo, el procurar cambiar su percepción sobre ella de cualquier modo pero esta vez no. Esta vez su dignidad se había antepuesto a él, y había regresado a ella en busca de venganza.
Roan era un cerdo.
Un autentico capullo arrogante y un pedazo de basura humana por tratarla como hasta ahora lo venía estando haciendo. Y ella una absoluta tonta por no hacer caso a las señales existentes antes.
Murphy se encontraba dentro de la cabaña pero le había permitido quedarse a solas un rato para pensar dandole todo el espacio que ahora mismo ella necesitaba.
Estaba tan arrepentida de no haberle hecho ningun caso cuando él insistió en que no era bueno para ella desde un principio que se sentía abochornada y tonta cuando imaginaba lo que él estaría pensando de ella en aquellos momentos.
Murphy era una persona especial en su vida.
Alguien único a quien quería y admiraba en el fondo, alguien a quien quería auqnue no fuese de la misma forma en la que él la quería a ella.
Siempre estaba a su lado y la apoyaba en todas sus decisiones, la respaldaba siempre que podía y realmente se sentía mal por no poder corresponderle porque en el fondo sabía que él sería excesivamente bueno para ella.
Quizás ni se había dado cuenta hasta ahora.
Ontari se levantó de los escalones para pasarse las manos por la cara una ultima vez retirandose aquellos restos de lágrimas, y respiro hondo intentando recomponerse un poco.
Cuando regresó dentro penso en disculparse con él, en lamentarse por no haberle hecho ningún caso sobre Roan pero no tuvo ocasión de hacerlo. Encontró a Murphy dormido sentado en el sofa, con la cabeza apoyada en su mano y una de sus piernas sobre la mesa.
Ontari se le quedo viendo largamente en silencio, contemplandole.
Le sorprendía conociendole que hubiese durado tanto despierto y más sabiendo que se había pasado toda la noche trabajando para que ella no tuviese que hacer nada aquella mañana.
A veces autenticamente era un cielo, y otras veces conseguía crispar sus nervios sin siquiera tensar un musculo pero por lo general lo consideraba como la mejor compañia que podría tener.
Tragando despacio se fijo en sus relajadas facciones, por lo general Murphy tenía ese toque de picardía e impulsividad que le hacía tan unico pero nunca se había fijado en como lucía cuando dormía de aquella manera tan profunda.
El ligero ceño fruncido, su seria aunque relajada expresión que le hacían lucir mucho más maduro, más hombre.
Ella jamás había pensado en ese tipo de terminos en él. No al menos de una forma tan innata y a veces deliberada como lo hacía con Roan aunque en esa ocasión se preguntaba como sería ser besada por aquellos pequeños y suaves labios suyos.
No sabía porque pero estaba totalmente convencida de que serían tímidos, dulces.
Nada que pudiese preveer de él.
Ni siquiera sabía porque estaba pensando en ese preciso momento en sus labios si nunca antes lo había hecho, quizás porque sus ojos ahora se estaban fijando en ellos como se fijarían en cualquier otra parte de su cuerpo, quiso decirse a si misma ella.
Ella también debía encontrarse cansada porque solo estaba pensando tonterías así que aparando la mirada de él tan solo se dirigió a las escaleras para ir arriba a la habitación y echarse un rato.
Necesitaba dejar de pensar, necesitaba dejar de existir en este mundo al menos por algunas horas y necesitaba hacerlo antes de que sus deseos de venganza hacia Roan perjudicasen a Murphy.
Tan solo necesitaba dormir.
Continuara...
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La Fugitiva. Nuevos Comienzos.
FanfictionII Parte de La Fugitiva. Cuando la vida te golpea tanto y tan fuerte ya solo queda una cosa por hacer, una única cosa. Levantarse. Y a veces por muy difícil que te parezca no te queda otra que poder. Sufrimos, reímos, lloramos y sentimos con ellos...