A Lexa Woodward le había sorprendido recibir una llamada del teniente Kane pidiéndole aplazar la reunión con ella y la posible firma de aquel acuerdo, había alegado motivos administrativos y es que al parecer la documentación que debía presentar por su parte se había visto extrañamente alterada así que hasta que todo no estuviese tal y como debía no podría ofrecerle ese arreglo.
Por su parte Lexa se encontraba bien, mucho más tranquila y más serena de lo que lo había estado en mucho tiempo. Se le había pasado el tiempo volando con Costia charlando al acompañarla al hotel, ella se había despedido porque tenía que hacer algunas gestiones en el Nightbloods con la promesa de verla mucho después, incluso le había dicho que si le apetecía podían verse en el club esa misma noche, que se lo pensase.
Lexa que ahora mismo tenía otras muchas más cosas en mente le había dicho que no se encontraba muy bien aunque seguro que se lo pensaría y había subido a la habitación para cambiarse momentos antes de recibir aquella llamada del teniente Kane.
Ahora que permanecía sentada en la cama de la habitación escribiendo algunas de las cosas importantes que quería poner sobre la mesa con él, escuchó la puerta abrirse y levantó la mirada a tiempo de ver aparecer allí a Luna vestida aún con el pijama del hospital.
Lexa que no la esperaba tan pronto tan solo dobló la hoja de papel al verla allí y puso buena cara.
—Que pronto has vuelto, creía que habías dicho que volverías tarde.
Luna que aún temblaba tan solo sonrió casi para si pasándose la mano por la cara mientras se movía por la habitación.
—No te vas a creer con quien he estado trabajando sin saberlo todo este tiempo.
—Pues no, ¿con quién? —preguntó Lexa con desconcierto siguiéndola por la habitación con la mirada.
Luna que se detuvo frente a la cama se paso la mano por la espalda frotándosela un poco aún con toda esa presión y dolor incordiándola en los riñones.
—Abigail Griffin.
Lexa que se quedo completamente helada, apenas se movió en el sitio reconociendo el nombre. Había coincidido con Abby muy pocas veces durante su relación con Clarke pero siempre que lo había hecho, ella la había hecho sentir acogida y bien. Era una buena persona y había dejado entreverlo en cada pequeño detalle que había tenido con ella.
—Sabes quién es, ¿no?
Si, si que lo sabía. Si que se acordaba de ella.
—La madre de Clarke —musitó Lexa siendo consciente de lo que significaba aquello mientras bajaba la mirada a la almohada en la que tenía apoyada la hoja.
—Si, la madre de Clarke —repitió Luna irritada con Clarke mientras se movía de nuevo por la habitación—. Esa... esa puta arpía que... pero no importa, no importa, de verdad, ¿por qué sabes qué? —se sonrió Luna de lo más absolutamente congraciada y complacida—. Está teniendo justo lo que se merece. Está muy enferma y la ha llamado suplicándole ayuda ese es el motivo por el que me he enterado, nada más. Que la jodan.
Lexa que se la quedo mirando sintió un verdadero nudo en la garganta y otro en el estomago, entendía las razones que llevaban a Luna a pensar de esa manera pero para nada ella se alegraba de ello.
Luna que se fijo en el rostro de Lexa frunció el ceño aún con aquella sonrisa desconcertada suya.
—¿Qué pasa? ¿no me dirás que no te alegras de que esté pagando por todo lo que te ha hecho, no?
—No, claro... claro que si, que la jodan, como tú dices —intentó poner buena cara Lexa con preocupación mientras jugaba con la esquinita de la hoja.
El problema era que no miraba a Luna a los ojos, y ella no tardo en darse cuenta de ello y se la quedo mirando acercándose a la cama.
—¿Entonces por qué no te alegras?
—No lo sé pero no me alegro de que esté enferma —admitió Lexa cogiendo el boli inquietamente entre sus manos.
—Está claro que eres mucho mejor persona que yo —reconoció Luna con media sonrisa verdaderamente encantada con la idea de que Clarke pagase por cuanto le había hecho mientras se dirigía al sofá para tumbarse y poner los pies en alto—. Porque de no haber estado embarazada hubiese dado saltos.
Lexa que levantó la mirada con cierta cautela no queriendo incomodar a Luna con su pregunta pero teniendo que hacerla.
—¿Pero ella está bien?
Luna que subía ya los pies encima de los cojines volvió la cabeza nada más escucharla mirándola.
—Quiero decir, sé... se pondrá bien, ¿verdad?
Luna que se desconcertó con aquella clase de pregunta pero sobretodo por la manera que Lexa había tenido de formularla, sopeso algo que hasta ahora ni siquiera se había replanteado ni tan siquiera como una posibilidad de lo más remota.
—Lexa...
Lexa que llevo sus ojos a ella movió ligeramente la cabeza escuchando el indulgente y expectante tono de su voz.
—¿Tú no seguirás sintiendo algo por ella, ¿verdad que no? —tuvo que preguntar finalmente Luna quedándosela viendo con preocupación.
Lexa que hasta ahora no se había parado ni a planteárselo, tan solo sintió una punzada en el corazón antes de bajar la mirada a aquella hoja entre sus manos.
¿Acaso sería posible que eso pudiese ser aún cierto?
Continuara...
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La Fugitiva. Nuevos Comienzos.
FanfictionII Parte de La Fugitiva. Cuando la vida te golpea tanto y tan fuerte ya solo queda una cosa por hacer, una única cosa. Levantarse. Y a veces por muy difícil que te parezca no te queda otra que poder. Sufrimos, reímos, lloramos y sentimos con ellos...