Cuando Lexa Woodward despertó a la mañana siguiente lo hizo con ruidoso sonido del inevitable vomito de Luna que permanecía encerrada en el baño desde hacía ya varios minutos no queriendo despertarla para nada. Las arcadas habían llegado a ella aún dormida, y se había levantado por impulso casi de inmediato sin apenas tiempo de llegar a la letrina.
Después su cuerpo y la naturaleza habían hecho totalmente el resto.
A estas alturas de la película ya debería estar acostumbrada pero tenía la glucosa demasiado baja a consecuencia de la falta de alimento porque con todo lo ocurrido el día anterior se había olvidado prácticamente de comer nada y ahora estaba pagando las secuelas de ello.
Incorporándose un poco en la cama, Lexa intentó dilucidar si lo que estaba escuchando era real o no porque a veces su mente despertaba tan aturdida que le costaba un poco distinguir la realidad pero en cuanto miro las vacías sabanas a su lado y observó el resto de la habitación supo que aquello era real.
Justo cuando iba a ponerse en pie escuchó a Luna dejar caer la tapa y tirar de la cisterna para instantes después salir del baño algo amarilla con un pedazo de papel desechable en la mano secándose la boca.
En cuanto Lexa la vio asomar por la puerta la miro con preocupación viendola algo más afectada que de costumbre.
—Estoy bien, no pasa nada. Vuelve a dormirte.
¿Pero como pretendía que hiciese eso y la dejase allí así?
—No tienes buena cara, ¿quieres que llame a Jackson para que te examine?
Luna negó con la cabeza pasándose la mano por la cara aún saturada antes de bordear la cama para dirigirse al mueble bar a por una pequeña botella de agua.
—No, es lo de siempre. Se me pasa enseguida.
Lexa la miro con preocupación desde la cama queriendo decirle algo más pero justo cuando iba a hacerlo alguien llamó a la puerta.
Luna levantó la mirada y Lexa volvió la cabeza ambas un tanto sobresaltadas por la extrañeza ya que era temprano y no esperaban a nadie.
Luna se dispuso a abrir pero Lexa se arrastró un poco sobre la cama consiguiendo ponerse en pie antes de que ella fuese capaz de cruzar la habitación y le hizo un gesto para que se detuviese.
—Ya voy yo, quédate ahí, tranquila.
Dirigiéndose a la puerta tras cruzar aquel amplio espacio, Lexa llevó la mano al manillar y la abrió, viendo allí de pie a un miembro del personal del hotel totalmente uniformado.
—Disculpe, ¿las he despertado? —preguntó el hombre amablemente con cierta cautela al fijarse en Lexa y mucho más atrás en Luna mirando atribuladamente la puerta.
Lexa que tan solo le miro sacudió imperceptiblemente la cabeza no sabiendo que querría aquel tipo creyendo que a lo mejor se había equivocado al tocar su puerta.
—No, ¿ocurre algo?
El hombre que relajó su expresión al ver que no las había ofendido al llamar así a la puerta desapareció por un momento de su vista y apareció media milésima de segundo después empujando un pequeño y elegante carrito de servicio.
—Soy Albert, me envía la señorita Hassler —se presentó él mientras hacía a Lexa apartarse a un lado para poder entrar a la habitación tal y como era su cometido. Lexa que se fijo en el atractivo y delicioso contenido que olía absolutamente de maravilla dirigió poco después su mirada a Luna desconcertada al ver todo cuanto había pedido.
ESTÁS LEYENDO
La Fugitiva. Nuevos Comienzos.
FanfictionII Parte de La Fugitiva. Cuando la vida te golpea tanto y tan fuerte ya solo queda una cosa por hacer, una única cosa. Levantarse. Y a veces por muy difícil que te parezca no te queda otra que poder. Sufrimos, reímos, lloramos y sentimos con ellos...