Luna Woodward, había terminado su turno hacía cosa de media hora y estaba sentada en la cafetería del hospital tomando algo de cena antes de decidir poner rumbo a casa antes de que anocheciese del todo.
No le apetecía nada en absoluto llegar porque sabía que Lincoln también estaría a punto de salir y no tenía ningunas ganas de encontrarse con él tras la discusión que ambos habían mantenido acerca de Lexa, su hermana.
Él no parecía entender ni aceptar el hecho de que preocuparse por ella resultase ser una cosa innata para ella, y que merecía la pena que lo hiciese porque Lexa no solo la quería en su vida, la necesitaba también igual que Luna a ella.
Lincoln no tenía hermanos, y tampoco familia salvo su tía Indra con la cual se había criado así que dudaba que alguna vez pudiese entender ese sentimiento que ella sentía cuando miraba a Lexa.
Aunque realmente le daba igual que lo entendiese o no, su hermana no iba a irse a ningún lado y tampoco iba a apartarla de ella, mucho menos de su bebé por mucho que Lincoln insistiese en ello, no.
Le parecía algo de lo más injusto y algo que para nada iba a permitir que ocurriese.
Lincoln que entró en aquellos momentos buscándola con la mirada la encontró sentada en la zona destinada al personal, en una de las mesas de siempre y se dirigió hacia allí sentándose frente a ella para poder encararla ya que sabía que una vez allí, ella tendría que verse obligada a hablar civilizadamente con él en lugar de montar un espectáculo que les dejase en evidencia a ambos.
Luna que levantó la vista de su zumo clavo sus ojos en él y supo de entrada lo que se le venía encima.
—Antes siquiera de que digas nada, no he venido aquí a discutir —le dejo en claro Lincoln en tono tranquilo antes de colocar la mano sobre la suya y que no hiciese el ademán de levantarse e irse—. Sé que me pasé mucho con lo que dije y quiero que sepas que siento mucho el haberte hecho daño con mis palabras si es que te lo he hice pero no era mi intención hacerlo, te lo juro.
—Pues lo conseguiste —le replicó Luna aún exasperada mirándole a los ojos decidida a no ceder ni un ápice.
—Lo siento —volvió a disculparse Lincoln algo afectado—. Pero tienes que entender que tú y ese bebé de ahí sois todo cuanto tengo y que me moriría si algo os ocurriese, no podría soportar la idea de perderos a ninguno de los dos, Luna. Ya hemos sufrido suficiente.
—Tienes razón, los dos lo hemos pasado mal con todo esto pero esa no es excusa para querer apartar a Lexa de nuestro lado, ella no tiene la culpa de lo que ocurrió y está tratando de encajarlo de la mejor forma posible, puede que para ti no sea del todo suficiente pero para mi si porque yo sé lo mucho que se está esforzando por ser una mejor persona y por superarlo, no puedes pedirme como si nada que la saque de mi vida, Lincoln, las cosas no funcionan así —le dejo en claro Luna de lo más herida viéndole—. ¿Te das cuenta de lo doloroso que es que hayas solamente insinuado el apartarla de mi de nuevo? ¿qué quisieses internarla para que no estorbase?
Lincoln se sintió una persona horrible porque era justo eso lo que él le había dicho y bajo la mirada avergonzado, pasándose la mano por la cara superado por la situación.
—Si me quieres tanto como dices quererme, vas a tener que comprender que pase lo que pase yo voy a seguir a su lado porque ella está por encima de ti, por encima de mi y por encima de todo cuanto quiero porque es mi familia Lincoln, mi hermana es lo único que realmente tengo y llevo anhelando su compañía años y años de mi vida, no voy a apartarla de mi y no voy a separarme de ella porque no la quiero, la adoro y quiero estar en su vida por encima de todo, si puedes aceptar eso podemos tener un futuro juntos pero si no vas a ser capaz quiero que me lo digas ahora porque no te voy a pasar ni una con ella —le advirtió Luna de lo más decidida habiéndolo estado pensando durante todo el día—. Decidas lo que decidas este también es tu bebé y podrás verle y estar con él siempre que quieras pero ten claro, clarísimo Lincoln que Lexa va a formar parte de su vida tanto si te gusta a ti como si no, ¿me he explicado lo suficientemente bien?
Lincoln que trago con fuerza al escucharla sabiendo que ahora mismo tampoco tenía demasiada elección, pareció sopesar aquella idea de lo más arrepentido. Jamás y nunca había visto a Luna ser tan dura con él y sabía que se merecía aquella severidad por su parte. Se la había ganado con creces por su egoísmo y su mala gestión de frustraciones y sentimientos.
Tan solo alargó la mano llevándose la suya a los labios y la beso dulcemente compungido al devolverle la mirada avergonzado.
—De verdad, Luna. Siento lo que te dije, lo siento. Por supuesto que quiero que Lexa forme parte de su vida y de la nuestra, juntos vamos a ayudarla con todo esto pero no puedes pedirme que no tenga miedo por ti y por nuestro bebé, eso no puedes pedírmelo.
Luna que entendió que aquello a él le hubiese desbordado se sintió decepcionada en el fondo porque descubrió que Lincoln no sería tan fuerte como para sostenerla a ella y tan solo inspiro profundamente prefiriendo no darle muchas más vueltas en ese momento al problema.
Le quería y estaba enamorada de él pero estaba de lo más equivocado ante todo aquello.
—Por favor, dame otra oportunidad de demostrarte que os quiero y que siento mucho como me he comportado, ¿quieres? —le pidió Lincoln afligido sosteniendo su mano—. Me equivoque. Cometí un error, Luna y lo siento, de verdad, lo siento mucho, muchisimo, en serio.
Luna que vio aquel arrepentimiento suyo en sus ojos, y aquel dolor supo que lo decía muy en serio pero aun así algo en su interior no podía disculpar del todo su comportamiento.
—¿Podrás perdonarme, por favor? —volvió a pedirle él afectado llevando la mano a su rostro con ternura suplicante—. Por favor, Luna, por favor.
Luna que cerro los ojos por un momento al sentirle de aquella manera, inspiro hondo y acabo asintiendo no queriendo tampoco darle muchas más vueltas al tema. Un error podría cometerlo cualquiera y era evidente que él se sentía arrepentido y avergonzado por haber tratado así aquel tema en lugar de actuar de otra manera así que simplemente asintió, apartando la mirada al ver sonreír una vez más a Lincoln esperanzado inclinándose para besar su cabeza con amor y después sus labios antes de tomarla de las manos.
—Olvidemos lo que ha ocurrido, ¿vale? —le propuso él intentando restar importancia a todo aquello—. No volveré a tocar este tema, y por supuesto no le diré nada a Lexa acerca de nada de esto.
—Ni se te ocurra hacerlo —le replicó Luna a la defensiva desconfiada mirándole.
Lincoln sacudió rápidamente la cabeza pasándose las manos por la cara algo saturado.
—Creo que necesito recuperar sueño porque todo esto está pudiendo de la peor forma conmigo, de verdad que lo siento. Perdóname, ya... ya no sé ni lo que digo, me he portado como un imbécil, perdona.
Luna quiso decirle que no importaba pero no lo hizo porque si que había tenido importancia, toda la del mundo para ella y no quería que pensase que iba a pasar por alto aquella clase de comportamiento suyo ni una sola vez.
Tan solo bajo la mirada y siguió comiendo en silencio mientras Lincoln comenzaba a contarle lo ajetreado y loco que había resultado ser su día y a preguntarle como siempre qué tal le había ido el suyo.
Aquello sin quererlo había causado una pequeña ruptura en los cimientos de su relación pero sobretodo en la confianza que Luna alguna vez habría depositado en él.
Simplemente, decepcionándola a sus ojos.
Haciéndola sentir defraudada y muy triste.
Sentía que a partir de ahora ya quizás nada volvería a sentirse igual entre ellos por mucho que lo intentasen.
Continuara...
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La Fugitiva. Nuevos Comienzos.
FanfictionII Parte de La Fugitiva. Cuando la vida te golpea tanto y tan fuerte ya solo queda una cosa por hacer, una única cosa. Levantarse. Y a veces por muy difícil que te parezca no te queda otra que poder. Sufrimos, reímos, lloramos y sentimos con ellos...