144. ¿Qué Pasa?

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Aquella sibilina y maliciosa sonrisa que manchaba los labios de Ilian resultaba tan insultantemente atrevida que Octavia Blake sintió ganas de vomitar con tan solo tenerle delante. Emori era una chica tan dulce, tan genuinamente risueña y encantadora siempre a pesar de la vida que le había tocado vivir que de solo imaginarla en manos de alguien como Ilian la estremecía por completo.

La sonrisa de Emori era reluciente y pícara en el momento en que su mano se cerro ligeramente sobre la tela de la oscura camiseta de Ilian al volverse a buscar con la mirada a Ankara, la hermana de ese perverso ser que tanto disfrutaba del dolor ajeno y que convertía la depravación en su más divertido campo de juegos.

—Ha sido genial volver a verla Inspectora Blake, este sitio es increíble seguro que nos veremos mucho por aquí de nuevo.

—Estoy seguro de ello —añadió Ilian sin dejar de sonreír deleitándose al máximo con aquella expresión herida y conmocionada en los ojos de Octavia mientras deslizaba las yemas de sus dedos por los brazos de Emori desde atrás en una lenta caricia dándole tiempo a que se imaginase todo cuanto le iba a hacer en cuanto estuviesen a solas—. ¿Regresamos?

Emori que dejo escapar una risita al sentir los labios de Ilian en su cuello cuando este inclinó la cabeza se arqueó ligeramente sofocada.

—Si, claro, vamos —dijo ella viendo a lo lejos como Ankara les miraba algo paciente mientras se llevaba la copa a los labios esperando a que llegase su cita—. Un placer verla inspectora, está guapísima.

Octavia que intentó poner buena cara en cuanto Emori se volvió para ir a dar con aquella otra chica e Ilian quiso hacer lo mismo, su mano salió disparada hacia su brazo y le detuvo en seco, pegándole a su cuerpo.

Ilian que sintió aquel duro agarre se tensó bajo el pantalón excitándose de pura anticipación y sonrió escondidamente ladeando la cabeza al volverse a verla muy cerquita suyo.

—Ni se te ocurra tocar a esa chica, ¿me oyes?

Ilian que contempló aquellos ojos suyos que destilaban amenaza y fuego, sonrió aún más deslizando la lengua por sus labios mientras sus ojos descendían lenta y atrevidamente por su cuerpo.

—¿Está usted celosa "Inspectora"?

Aquello no hizo más que encender la rabia, la impotencia y la ira en Octavia que se tensó aún más afianzando aquel agarre suyo antes de tirar de él para apartarle de la pista y llevarle a un rincón algo más oscuro y apartado de la gente para poder dejarle claro lo que quería y lo que no.

—Quiero que dejes a Emori en paz —le advirtió Octavia en cuanto estuvieron cerca de la oscura y aterciopelada pared mientras la gente bailaba, y se divertía muy cerca de ellos—. Es una buena chica.

Ilian que vio a Emori atravesar la pista de regreso con su hermana de lo más entusiasta y alegre volvió la cabeza hacia Octavia consciente de lo que deseaba y quería.

—Ese animal no existe —replicó Ilian en el mismo instante en que escuchó aquella pobre excusa por su parte.

—Ilian, no me obligues a pegarte —le amenazó ella con dureza convencida de que lo haría.

Ilian que dio un paso hacia ella deslizó las manos por el cuerpo de Octavia pegando su cuerpo al suyo con otra de sus sibilinas y provocadoras sonrisas.

—Si prometes hacerlo duro, me lo pensaré.

Octavia le empujó para apartarle de ella y tuvo que contenerse para no armar un tremendo numerito allí mismo sintiendo algunas miradas cercanas ante el brusco gesto.

—¿Pero qué coño haces? —le reprochó Octavia de lo más furiosa señalándole con el dedo amenazante—. No vuelvas a tocarme así.

—¿Por qué no? —le planteó él de lo más atrevido sin dejar de contemplarla disfrutándolo—. ¿Temes que te gusté?

Aquellas palabras dejaron un poco fuera de juego a Octavia que para nada era capaz siquiera de planteárselo así.

—No, por supuesto que no —contestó ella de lo más a la defensiva contrariada—. ¿Qué dices?

Ilian que analizó toda aquella ira contenida suya, aquel fuego en sus ojos, su preciosa y turbada cara, sonrió de lo más perspicaz y divertido calando en ella aquel insatisfecho deseo.

—Es eso verdad, no quieres que esté con ella porque sabes que lo que voy a hacerle te encantaría que lo hiciese solo contigo, te he calado Inspectora.

Octavia que cambió la expresión de su cara al oír aquella sarta de sandeces tan solo sacudió la cabeza dándose la vuelta para irse ya que aquella discusión había perdido ya todo el sentido.

—¿Qué pasa, Octavia? ¿la morenita no te está dando la caña que necesitas? ¿es eso?

Octavia que volvió la cabeza fulminándole con la mirada ni siquiera quiso responder a su provocación pero Ilian supo que había dado justo en el clavo y explotar aquel punto para él siempre sería pan comido.

—Tranquila que yo no se lo diré a nadie, será nuestro secreto —la provocó aún más él llevándose el dedo a los labios haciendo un sonido de silencio justo antes de esbozar una aún más provocadora y pícara sonrisa.

—Eres un capullo —le escupió ella con desagrado dándole una autentica mirada de odio.

—Si pero uno que te encantaría volver a follarte —le contestó él directo haciendo que la mano de Octavia saliese disparada en dirección a su cara y que Ilian agarró bruscamente en el aire a pocos centímetros de su cara—. Cuidadito, Inspectora o alguien podría pensar que estoy diciendo la verdad.

Octavia que tiró de su mano hasta lograr que Ilian soltase su muñeca sintiendo el corazón golpear fuertemente dentro de su pecho, estrechó sus ojos con el más absoluto de los desprecios por aquellas maliciosas palabras que escapaban de sus labios y sintió el estomago revolvérsele sin creerse aún cómo había podido acabar acostándose con alguien como él.

—No.. te.. acerques.. a ella —fue la lenta advertencia final que le hizo respecto a Emori zanjando cualquier tipo de discusión que pudiese producirse después antes de darle un empujón con su cuerpo al pasar por su lado para marcharse.

Ilian que sintió aquel golpe sonriente, se excitó aún más volviendo la cabeza para verla alejarse entre la multitud y llevo una mano a la otra crujiéndose los nudillos mientras ladeaba ligeramente su cuello haciéndolo crujir también como si tuviese que prepararse para lo que se vendría por delante.

Daba igual lo que Octavia dijese o no, Ilian estaba seguro de que con aquella chica en juego, él conseguiría sus deseos otra vez.

Continuara...

La Fugitiva. Nuevos Comienzos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora