JUEGOS DE SEDUCCION

Capitulo 11

Tres dias despues..  me encamino hacia un lugar de la cubierta donde se que en las  horas de la noche en general no suele haber nadie. Una vez allí, cojo una hamaca, la muevo hasta colocarla en un lugar donde poca gente me ve y en cambio yo puedo mirar el mar, y me tumbo en ella. ¡Qué relajante es estar así a la luz de la luna! Pienso en mi familia. Por la hora que es, estarán aún en la tienda, vendiendo… Sonrío. Son maravillosos. Tengo la mejor familia del mundo.

Sin dudarlo, busco en mi iPod la canción que tanto le gusta a mi padre. Sonrío al encontrarla y convencida de que estoy sola, me pongo los auriculares y, dejándome llevar por la dulce melodía, tarareo:

Nice to meet you, where you been?
I could show you incredible things
Magic, madness, heaven, sin
Saw you there and I thought
"Oh, my God, look at that face
You look like my next mistake
Love's a game, wanna play?" Ay

Un movimiento me llama la atención y me quedo bloqueada al ver a Freen sentada en una hamaca a mi lado, escuchándome con las manos en los bolsillos. Me quito los auriculares y preguntó:

—¿Qué haces?
—Escucharte. Su expresión de burla me molesta.
—¿Te he invitado yo a hacerlo?
—No.
—¿Entonces? Sin moverse de donde está, contesta:
—Cantas muy bien.

La brisa me alborota el pelo y, frustrada por todo lo que me hace sentir, le digo:

—El espectáculo es en la sala. Allí podrás oír cantar.

Durante unos instantes, veo que me mira la barbilla con curiosidad. Arrugo el entrecejo y ella pregunta:

—¿Qué te ocurre?

—Mira... seamos claras. A ti no te tiene que importar en absoluto lo que a mí me pase, ¿entendido? Veo que se asombra por mi contestación y murmura:

—Lo siento. No pretendía…
—Me importa muy poco lo que tú pretendieras o no.

Tras un incómodo silencio, arruga el entrecejo y pregunta:

—¿Estás enojada conmigo?
—¿Tú qué crees?
—Que no.
—¿Y por qué crees que no estoy enojada contigo?

Acercándose un poco más, a mi  dice:

—Porque me lo dicen tus ojos.

Cuando oigo eso, me acuerdo de una cosa que dice siempre mi hermano richie y respondo:

—Mis ojos engañarte pueden, no confíes en ellos. Mi respuesta lo hace sonreír y dice:

—Tus ojos son preciosos.

Bueno… bueno… bueno…
esto se pone interesante. ¡Me acaba de echar un piropo! Tengo que intentar mantener la calma y digo:

—Yo que tú haría caso a lo que dice mi boca. Mis ojos quizá te engañen.

La oigo respirar con fuerza y, susurra, mientras me mira los labios:

—Tu boca dice y sugiere muchas cosas.
—¿Qué te sugiere mi boca?

Sus ojos brillan, no quiero ni imaginarme cómo tienen que brillar los míos, y, finalmente, con una voz ronca contesta:

—Adivina.

Su voz… Su olor… Su cercanía… Dios… estoy a punto de perder de nuevo la cabeza, pero antes de que lo haga, le suena el telefono. Me hace un gesto con la mano para disculparse y la oigo hablar. Mientras, con disimulo la miro. Está impresionante con esos jeans negros y la camiseta blanca. Una vez acaba de hablar, se levanta y dice:

—Me tengo que ir. Asiento. Estoy a punto de preguntarle si es faye quien la ha llamado, pero afortunadamente me callo. Ella se agacha junto a mi hamaca y yo me quedo inmóvil. Acerca su cabeza a la mía y, a escasos milímetros de mi boca, murmura:
—Ha sido un placer hablar contigo. se endereza y se va, dejándome con cara de tonta.