JUEGOS DE SEDUCCION

Capitulo 41

Mis padres siguen impresionados por lo que ha ocurrido. Aún no se pueden creer que me vaya a casar. ¡Yo tampoco! Aunque mi madre al principio me dice que no abandone mis sueños por una mujer, pero a medida que pasan los días su mensaje cambia y me anima a luchar por mi amor y a ser feliz con ella. Lo que tenga que venir, vendrá. Mi padre por otro lado, que siempre ha querido que me case, ahora lloriquea al pensar que si lo hago con Freen cuando tenga hijos estaran muy lejos de el. Pero Freen se encarga de tranquilizarlo diciéndole que siempre que quiera puede ir a visitarnos. Y que ahora tiene una hija más. Richie, sonríe contento. Dice que, indiscutiblemente, estamos hechos la una para la otra.

Días después Faye y Engfa se marchan a Tailandia, y prometen no decirle nada a la abuela de Freen y dejar que sea ella quien le dé la noticia de la boda. Lo entiendo. Si fuera al revés, yo también se lo querría decir a mis padres. Y antes de irse me confiesan que decidieron acompañar a Freen para ver si era verdad que se atrevía a pedirme matrimonio. Según ellas, freen era la antibodas de la familia, pero conocerme la ha cambiado.

Llamo a Nam para darle la noticia y casi le da un infarto también a ella. Primero me llama descerebrada, loca, etcétera, etcétera, pero cuando le cuento punto por punto todo lo ocurrido, mi amiga se descoloca y llora emocionada. Sale su vena sentimental de siempre y me pide que sea muy feliz, que quiera a Freen y que me deje querer por mi gran amor.

Al cabo de una semana de que me ocurriera la cosa más romántica que nunca pensé que me ocurriría en la vida, Freen ya es una más de mi familia. Todos la han aceptado con agrado y la tratan con inmenso cariño. Se hospeda en mi casa, donde duerme conmigo en mi habitación. Verla tan integrada en mi familia es una de las cosas más bonitas que me han pasado.

En estos días, mi amor y yo hablamos mucho. Nos dedicamos a conocernos. Me habla de su madre y en general de los Chankimha. Todos, a excepción de ella, que se dedicó a la medicina, y su padre, que era abogado, tienen que ver con la música. Su madre era cantante, pero no fue profesional. Faye es compositora y Lingling productora musical. Yo ya lo sabía.
Internet está para lo bueno y para lo malo, y lo descubrí buscando información sobre ella. Pero estoy intranquila. Entrar en su familia me pone nerviosa. Muy nerviosa. Sé que con ellos se me presenta la oportunidad musical de mi vida y me da miedo pensarlo. De hecho, no lo comento. Con Freen tampoco. Es un tema que, por su parte, omite, y yo, de momento, decido respetarlo. Estoy con ella porque la quiero, no para conseguir ninguna meta profesional.
Freen me mima día y noche. Me da todos los caprichos e intenta sumergirse totalmente en mi mundo.
Por lo que parece, nada de lo que descubre Freen sobre mí le disgusta. Al contrario. Mis amigos le parecen curiosos y jóvenes, y eso me hace reir. Por las noches me acompaña a mi trabajo en el hotel. Se traga el espectáculo sin perderse detalle de mis movimientos y después nos vamos a tomar algo y a hacer el amor en la playa o donde nos pille, con auténtica pasión. Nos deseamos.

En estos días queda registrado también que lo mío no es la cocina. Freen ríe divertida al descubrirlo. Cocina mucho mejor que yo.

Hablamos de la boda. Freen está ansiosa porque yo fije una fecha, pero prefiero esperar. La quiero... la adoro..., pero en un tema así creo que las prisas no son buenas. Le pregunto por Lingling y me alegra saber que todo ha cambiado y que de nuevo vuelven a ser las unidas hermanas Chankimha de siempre.
Una mañana en que estamos en la cama, me dice:
-Creo que ha llegado el momento de ir a Tailandia a conocer a mi abuela. ¿Qué te parece?
-Bien. Respondo algo intimidada, pero qué le parecerán a tu abuela nuestros planes.
Freen sonríe con amargura y contesta:
-No te voy a mentir. Como buena abuela protectora y ogra oficial, no lo va a poner fácil, pero creo que cuando te conozca le vas a encantar. Aunque bueno, el hecho de que seas cantante como mi madre me parece que nos va a dar más de un quebradero de cabeza.