Sentir la ardiente mirada de Freen es morboso, erótico, sugerente, sensual e, incapaz de estar callada, pregunto:—¿A qué te gustaría jugar?
Ella, hechizada con lo que hago, esboza una sonrisa traviesa y responde:
—A lo que tú quieras, caprichosa.
Cuando me llama así me vuelve loca. ¡Seré tonta! Sigo tocándome, pero Freen no se mueve de su sitio, así que, dispuesta a saber más sobre ella, pregunto mientras prosigo:
—¿Alguna vez has hecho un trío?
Me mira un momento con turbación y luego responde:
—Sí.
Eso no me sorprende en una mujer como ella y entonces pregunta a su vez:
—¿Y tú?
—Sí.Mi respuesta le hace fruncir el cejo. Vaya…. Ella sí pero yo no. Eso me hace reír.
Ahora no sé si está excitada o molesta. El silencio nos envuelve.
¿Por qué algunas personas reaccionan tan mal ante alguien que habla con claridad de sexo? ¿Cuándo se van a dar cuenta de que el mundo ha cambiado y evolucionado?Sé que mi conversación la ha sorprendido, como ella me ha sorprendido a mí con su jueguito de sedúceme. Sentándome de nuevo en el borde del jacuzzi, esta vez con las piernas cerradas, vierto el vino de mi copa sobre mi monte de Venus y después abro las piernas para que pueda ver cómo el líquido chorrea sobre mi sexo. Me come con la mirada. Eso es lo que yo quiero, que me coma y se deje de tonterías. Cuando consigo tener su atención totalmente centrada en mí, decido dirigirme al diván y sentarme, convencida de ser una gran estrella del sexo.
Disfruto de mi sexualidad mientras, con el rabillo del ojo, veo que Freen se levanta y se acerca a mí. Se desnuda. Su cuerpo es perfecto, pero cuando me va a tocar, le pido:
—Ahora no, por favor… Dame un segundo.
No quiero que me toque. El clímax está a punto de llegar y cuando mi cuerpo se tensa y yo grito extasiada, Freen se agacha y me besa, mientras yo junto las piernas y me sacudo de placer. En sus ojos veo la locura del momento. Me quita las manos, se tumba sobre mí y, mientras mi vagina se contrae con los espasmos del orgasmo, ella se mete entre mis piernas y me penetra sin contemplaciones con sus dedos. ¡Oh, sí! El placer es inmenso, colosal, increíble y más cuando miro a Freen y veo que cierra los ojos al notar cómo el interior de mi vagina la succiona y la introduce más y más en mí. ¡Sí!
Pero ella quiere más y, arrodillándose sobre el diván, me coge de las caderas y me atrae hacia su cuerpo jugando con su lengua una y otra vez.
Freen muerde mi clitoris y, cuando me lo suelta, murmura:—Así… así quiero verte disfrutar hoy durante todo el día.
Y así es. Como una diosa del Olimpo, a lo largo del día me hace suya una y otra vez. Hacemos el amor dos veces en el jacuzzi, en la cama, en el suelo, contra la pared, en la espaciosa ducha. Ambas somos insaciables, dos fieras del sexo y, cuando a las dos de la madrugada paramos, estamos hambrientas y sedientas. Freen llama a recepción y, minutos después, nos traen comida y bebida. Necesitamos recuperar fuerzas. Nunca hemos estado tanto tiempo juntas y la curiosidad nos puede. Mientras comemos en la cama, nos interesamos la una por la otra.—¿ Tu familia... Cómo es?
El pensar en ellos hace que se que me ilumine el semblante y explico:
—Son divertidos y a veces un poco locos. Freen sonríe y yo prosigo.
—Mi casa, vamos, la casa de mis padres, es un caos continuo. En apenas setenta y cinco metros cuadrados vivimos 4 personas y un perro. Mi madre, es Tailandesa. Habla hasta por los codos y, si no la paras, te vuelve loca. Es una mujer muy familiar y prepara guisos maravillosos.
Luego está mi padre. Un ingles alto, rubio, blanquito, detallista y nos adora a todos de una manera increíble. Mi madre y él tienen una de las tiendas de souvenirs más grandes y famosas de inglaterra. y, junto con mi madre, nos cuidan a todos. Tambien está Richie suspiro al pensar en él.— Es el mayor y el mejor hermano del mundo, yo me siento muy unida a él. Es un gran luchador. Y, por último, está bombon, que es un comedor incansable de calcetines, zapatos y todo lo que pilla.
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JUEGOS DE SEDUCCION
RomanceRebecca trabaja de cantante en los hoteles de inglaterra. Está soltera y vive rodeada de su familia. Su vida es plácida y, en cierto modo, acomodada. Pero a Rebecca le gusta experimentar cosas nuevas, y decide adentrarse en el mundo de los intercamb...