Capitulo 85

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Hoy es un gran dia es el día de  grabación y estoy hecha un manojo de nervios. Casi no he podido dormir y, al levantarme, siento un ligero mareo. No puedo comer. No me apetece. Ay, madre, ¡qué mal estoy!  Cuando llego al estudio, la secretaria de Lingling, esa a la que se tira entre reunión y reunión, me dice que tengo una llamada en espera. Intrigada, tomo el teléfono y contesto:
—Sí, dígame.
—¿Cómo está mi preciosa esposa? Es Freen. Al oírla casi lloro de la emoción. Con todo su amor, me dice mil veces que me va a salir genial, me tranquiliza y me pide que cierre los ojos, que me concentre en lo que quiero hacer y que lo haga. Cómo me conoce. Después de hablar con ella más de veinte minutos, cuelgo y sonrío con las pilas recargadas. Sin duda alguna, Freen es el centro de mi vida. Faye me abraza al verme. Sabe que he hablado con su hermana y lo feliz y especial que Freen me hace sentir, y lo disfruta como si fuera su propia felicidad.

Un par de horas después, Linglig me entrega unos contratos para que les eche un ojo. La discográfica cada día me presiona más para que firme con ellos. De todo lo que leo no entiendo nada, y entonces siento que alguien me besa en el cuello. ¡Lingling se acaba de pasar de
la raya! Pero al volverme para darle un puñetazo, me quedo sin palabras. Es Freen. Como movida por un resorte, doy un grito, salto por encima del sofá y me lanzo a sus brazos, mientras Lingling y Faye sonríen. Emocionada por tenerla a mi lado, no la suelto y Lingling le pone lo que hemos grabado hoy. Freeb escucha atentamente la canción y, cuando esta termina, me mira y dice:
—Es imposible hacerlo mejor, cariño.
La beso conmovida, mientras ella me acaricia la rodilla por debajo del vestido. Tras hacerle una seña a la morena, Lingling me dice:
—Dime qué día quieres que tengamos la reunión con los de la discográfica. Nos morimos de ganas de ficharte. Además de uno de tus jefes, seré tu mánager y velaré por tus intereses. ¡Eres una Chankimha! No tienes que preocuparte de nada.

—Lingling...
—Rebeccca. Cuando la canción  salga a la luz, te van a llover infinidad de propuestas y mi deber es ficharte antes que otros. ¡Eres de la familia! No puedo evitar sonreír ante lo de la lluvia de propuestas. ¡Qué fuerte! Freen no dice nada. Deja que sea yo quien decida, pero intuyo que ella ya ha hablado con sus hermanas. Lingling añade finalmente:

—Rebecca, esto es un negocio y, si nos dejas, podemos conseguir que triunfes en el mundo de la música, como siempre has deseado. Tienes voz, talento, personalidad y presencia. ¡No te falta nada!
— ¿Tú qué piensas? Le pregunto a Freen.
—Es tu sueño. Responde ella  mirándome cariñosa
—.Tú debes decidir cuándo comenzarlo.

Durante unos segundos pienso, pero finalmente me doy cuenta de que estoy retrasando lo inevitable. Deseo ese disco. Actualmente tengo los medios y, con Freen a mi lado, me siento capaz de todo. De modo que, sin soltar su mano, pregunto:

—¿Estarás conmigo en esa reunión con la discográfica?
—Sí tú quieres, cariño, por supuesto.
—Quiero. Insisto. Ells asiente y, tras mirar sus horarios en su tablet, le dice a Lingling:
—¿Qué te parece el lunes que viene a las diez de la mañana?
—Estupendo. Me clama
—Así tendré tiempo de terminar un par de canciones que estoy  haciendo te gustarán. Genial. Contesta  a Freen y, pasándole una nota a su secretaria, dice

—Convoca a Jason, a Lenon y a Jack para el lunes a las diez.
—Ella asiente y, frotándose las manos. Añade:
—Así pues, el lunes a las diez en mi despacho.

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