La fiesta es un éxito y al día siguiente hablan de ella en las crónicas de sociedad de muchos noticiarios y, alucinadas, Freen y yo vemos publicadas fotos de nuestro hogar. Sin lugar a dudas, alguno de los invitados nos ha traicionado sacando esas fotos.La popularidad de los diseños de Orm crece tanto como la mía. El potencial que tiene mi cuñada es enorme y cada día está más segura de sí misma y también más feliz. Incluso ha recibido encargos de otras personas, que ha aceptado gustosa. Lingling no da crédito a lo que ve, pero no dice nada. Está claro que mi cuñada tiene más talento de lo que yo creía y ha empezado su nuevo proyecto dispuesta a salir victoriosa. Cuando hablo con ella de su relación con Lingling, me comenta que le ha dado otra oportunidad y que despidió a la perra de su secretaria. La veo contenta, pero me llama la atención que no la ha vuelto a llamar P'mor en público. No sé si lo hará en privado. Algo ha cambiado en ella e, igual que yo me he dado cuenta, creo que todo el mundo lo percibe. Sigue siendo la misma Orm con sus locuras, pero la seguridad que irradia ahora la convierte en otra mujer.
El 08 de agosto Freen cumple años y le organizo una fiesta sorpresa sólo con su familia. Cuando esa mañana la despierto con música, me la como a besos y le hago el amor dispuesta a que empiece bien el día.
Sobre las doce del mediodía, le pido que me acompañe a un hotel para una entrevista, pero es mentira, y al llegar allí nos encontramos con Song, P'Susie y Faye, que las ha ido a recoger al aeropuerto. Todas nos abrazamos y mi chica sonríe y me agradece feliz que haya organizado la celebración.
Pasamos un tiempo entre bromas, pero al cabo de un rato, me disculpo precipitadamente y me voy a los servicios a vomitar. Al volver, no digo nada, pero Freen me agarra del brazo y pregunta:
—¿Qué te ocurre? Sin querer darle importancia al asunto, sonrío y, como si no pasara nada, respondo:
—Nada, cielo, ¿por qué?
—No tienes buena cara. Insiste preocupada.
—Tranquila, doctora. No vea males donde no los hay.Excepto Freen, ninguno de los otros nota mi malestar y, cuando siento que voy a vomitar de nuevo, digo que voy a llamar por teléfono. En el baño paso un ratito no muy bueno, pero luego comienzo a encontrarme mejor. ¿Me abre contagiado algo? Al salir de los servicios y volver hacia donde están las Chankimha. Regreso al pequeño salón, Freen me mira preocupada y, acercándose a mí, insiste:
—¿Te encuentras mal?
—No. Respondo y pregunta:
—¿Has vomitado?... Sí que es buena como médica. Sólo con mirarme lo sabe y digo:
—Sí, cariño, pero tranquila. Me habrá sentado mal el desayuno.Tras abrir el champán que nos traen y llenar las copas, brindamos. Le deseamos a Freen un estupendo año y luego las Chankimha le expresan infinidad de buenos deseos. Cuando voy a beber, con disimulo, Freen me quita la copa de las manos y dice:
—Si no te encuentras bien, mejor déjalo. Se lo agradezco.
Con su instinto protector, no me quita ojo de encima. No se separa de mí y está atenta a todos mis movimientos. Cuando sonrío, para indicarle que se relaje, me acerca a ella y, hundiendo la nariz en mi pelo, lo huele, me besa la cabeza y murmura:
—Tienes un pelo precioso. Sonrío. Siempre le ha gustado mi pelo y, al mirar sus ojos preocupados, insisto:
—Tranquila. Estoy bien.Cuando nos sentamos a la mesa para comer, le pido a Freen que diga unas palabras y ella lo hace divertida, mientras a cada segundo que pasa yo me siento mejor. Todo está exquisito y, por primera vez desde que formo parte de la familia Chankimha, disfrutamos juntos de una buena comida y una excelente sobremesa.
Esa noche, cuando llegamos a casa, me besa con pasión. Cuando sus labios se apartan de los míos, pregunta:
—¿Cómo te encuentras?
—Bien. Como ya te he dicho, supongo que el desayuno me ha sentado mal, pero ahora ya se me ha pasado.
Me besa el cuello, después la coronilla y, mientras nos miramos reflejadas juntas en el espejo del baño, su mano baja desde mi pecho hasta mi vientre, donde se para y, sin dejar de mirarme, dice:—Creo que estás embarazada.
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JUEGOS DE SEDUCCION
RomanceRebecca trabaja de cantante en los hoteles de inglaterra. Está soltera y vive rodeada de su familia. Su vida es plácida y, en cierto modo, acomodada. Pero a Rebecca le gusta experimentar cosas nuevas, y decide adentrarse en el mundo de los intercamb...