Capítulo 44

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Niall salió del consultorio de Marianne con lágrimas en las mejillas y la cara hecha un desastre. Maura lo vio con dolor, preocupada, y se quedó allí, sentada, en el mismo banco de siempre, hasta que su hijo fue al salón en el que esperaba por ella —o por ellos, cuando también iba Bobby— hasta que terminara de hablar con su doctora. Se levantó, entró al consultorio y se sentó en la silla frente al escritorio en el que estaba la mujer aguardando a que llegara para contarle del avance de la terapia de ese día.

—¿Marianne? —Esta la miró y le sonrió, indicándole que podía proseguir—. ¿Puedo preguntar por qué mi hijo estaba llorando y gritando en la sesión de hoy y por qué la semana pasada tuvo pesadillas de nuevo? Las semanas anteriores habían salido muy bien y de la nada todo pareció... desplomarse. ¿Eso significa que las terapias ya no están sirviendo? ¿O que Niall está retrocediendo? ¿O que hay algo mal con él a nivel mental o biológico o algo por el estilo?

La mujer negó con la cabeza.

—No, Maura. Nada que ver con eso.

La mencionada suspiró, un poco aliviada, y se pasó la mano por el pelo.

—Bien —Sonrió—. Entonces... ¿puedo saber de qué se trata?

La doctora suspiró.

—No quería decirle porque Niall me había pedido guardar el secreto, pero... —Sacudió la cabeza—. Sí, la situación lo amerita.

Y con eso Maura se preocupó incluso más.

—No es algo malo, ¿verdad?

La especialista tomó aire.

—Niall quiere aprender a soportar estar cerca del fuego —anunció—. Pienso que tal vez su amigo o un grupo con el que quizá se junte, no lo sé, va a hacer algo por esta época que involucre fuego o en la que haya fuego; estamos en noviembre, es normal. Quizá harán una quema de algo o una fogata, irán a acampar, pasarán un día en un bosque; no sé. Pero harán algo que involucre fuego y Niall quiere ir.

La madre estaba intentando procesarlo todo.

—No me ha pedido permiso ni sugerido nada que tenga que ver con una fogata, acampar o algo parecido.

—¿No me habías dicho que siempre te pedía permiso o te avisaba el mismo día que salía? —Maura asintió con la cabeza, recordándolo y cayendo en cuenta de lo que ello significaba—. Bien, creo que eso responde tus dudas.

La madre lo pensó por unos minutos.

—¿Por qué no dijo que no podía ir o... más bien... por qué insiste en ir si sabe que le tiene miedo al fuego?

—Maura...

—La otra vez intentó preparar té y colapsó, Marianne —explicó con preocupación—. ¿Y si eso pasa en lo que sea que vaya a hacer? ¿Y si colapsa? ¿Y si le da un ataque con un montón de adolescentes que quizá no tendrán ni idea de qué hacer cuando pase?

La doctora suspiró.

—Si lo está intentando es porque cree en sí mismo, linda, y me parece que deberíamos aprovechar eso porque lo está haciendo por voluntad propia y, cuando es así, se esfuerza más, lo hace por él y no se da por vencido hasta que lo logra —Sonrió, orgullosa—. Y, honestamente, conociendo a Niall, lo va a lograr.

La madre lo pensó unos minutos.

—Entonces... él no va a manejar el fuego, ¿no? Sino sólo a soportarlo.

El chico de las sopas de letras #JustWriteItLGBTQ+ Ziall AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora