Especial 6k: Capítulo 38

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Niall terminó de buscar las cosas que debía llevar ese día y las metió en su habitación. Estaba la plancha a luz solar —aunque, ahora que lo pensaba, sólo esperaba que hubiera mucho sol y que no lloviera—, las cañas de pescar, el agua —porque siempre daba mucha sed en un río, lago o playa—, los anzuelos —los cuales buscó en el jardín muy temprano en la mañana—, toallas —por si acaso se caían en el lago o, en sí, sólo por si acaso—, el protector solar, los cuchillos, aliños, sal y las otras cosas.

Le había dicho a Zayn que llevara papas cocidas o algún otro vegetal que prefiriera, cubiertos y platos el día anterior, el viernes.

—¿Para qué, Niall? —había preguntado y este suspiró.

—Porque no vamos a comer el pescado solo —El moreno lo miró con atención y el rubio carraspeó—. Es decir, yo no quiero comer pescado solo. Pero... ¿tú quieres?

Su interlocutor había negado con la cabeza, sonriendo, y se rascó la cabeza.

—¡Papas suena bien!

Y ahora, siendo sábado y de mañana, casi en la hora acordada en la que él iría a buscarlo frente a su casa —porque obviamente no lo buscaría con todas esas cosas al sitio en el que siempre se encontraban porque, es decir, Niall no podía cargar tantas cosas al mismo tiempo— lo único que faltaba era, según su checklist mental... decirle a su madre.

La verdad, él no quería hacerlo. Quería sólo salir de casa, mover la mano, decirle un hasta pronto y ya. Sin más.

Pero sabía que no era así de fácil y que no podía cambiar eso.

Por lo que, suspirando, bajó hasta la sala, donde estaba su progenitora y, después de establecer una muy breve charla con ella, le dijo que saldría.

—Sí —comentó ella—. No me sorprende mucho, ¿sabes? Es decir, esa clase de ropa no sueles usarla en casa.

Niall, aunque no lo pareciera, estaba nervioso. Por las posibles respuestas de su madre. Y quizá también por sus posibles preguntas, pero eso ya era otra cosa.

—Quizá regrese en la tarde.

Maura asintió con la cabeza sonriendo.

—Está bien.

—Me llevaré unas cuantas cosas.

La mujer volvió a asentir.

—Está bien. Sólo asegúrate de que no se te quede nada, ¿sí, cielo? —El rubio asintió con la cabeza y ella sonrió incluso más—. Diviértete.

El adolescente suspiró con alivio cuando la conversación terminó. Había tenido miedo de todo lo que su madre pudiera decirle al respecto, incluyendo los ¿y puedo saber con quién vas a ir? que había esperado pero que, para su fortuna, no habían aparecido. Llegó a su habitación, volvió a revisar que todo lo que fuera a necesitar estuviera allí y que todo estuviera en orden y, de la nada, se le ocurrió una idea.

Vio el reloj y se fijó en que aún le quedaban unos 15 minutos antes de que Zayn fuera a buscarlo, por lo que, de inmediato, se aseguró de tener su billetera en el bolsillo y salió de su casa después de decirle a su madre que volvería en unos minutos. Se apresuró, fue a la tienda más cercana en la que vendían lo que estaba buscando y, al llegar a la caja, pidió lo mismo de siempre.

—Aquí tiene, joven —le dijo la muchacha tendiéndole las bolsas de lo que quería—. ¿Algo más?

Y Niall habría dicho que no y se habría ido con total soltura, como de costumbre, pero en ese instante se le vino algo a la mente.

El chico de las sopas de letras #JustWriteItLGBTQ+ Ziall AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora